sábado, 22 de noviembre de 2008

Tremañes agropolitana


Ayer asistí a uno de esos encuentros que los paisanos de la aldea tratarían  de una forma que a mi amigo Jaime Izquierdo, hoy Asesor de la ministra de su ramo,  no le gustaría ni un pelo por mucha gracia que tuviera.

Y no dejaba de ser algo esperpéntico el tema de  hablar  de la desaparición de la aldea, entre tanto alcalde como allí acudió, tanto diputado, y altos cargos oficiales con responsabilidad  en gobiernos regionales y entidades locales tan relacionados con esto de la aldea, y ya lo que jodía es que  rieran las graciosas anécdotas de un pesadísimo presentador que consumió casi una hora en platicar sobre la aldea y sus moradores, teniendo la aldea tan desgraciada como la tenemos, y no es para tomarla tan a risa.

Y digo que era esperpéntico por varias razones, primero por la asistencia, pues vi yo pocos aldeanos, y si mucho aldeanismo del Oviedín,  o del gijonismo del alma, que monta tano uno como otro la burra de siempre,  y había  mucho “apegau” al partido, como dirían los paisanos digamos,  que vi en el argot aldeanu mucho “chepu de la política” de esos que hablen de aldea y aldeanos con la cartera caliente en época de crisis;

Era esperpéntico que se presentase el tema y el libro de Jaime Izquierdo, en la aldea gijonesa, no en Tremañes, o en Jove, que ya no queda aldea , sino en  la aldea noble en Cabueñes y en el entorno del Jardín Botáncio, marco por excelencia  de rancio abolengo,  algo artificial para hablar de vaques, moñigues, y de futuribles…

 No se crean tal vez yo no tenía el día para luego tomar vino español con tanto responsable político, dada las prescripciones  médicas de mi estimado chamán particular  el Dr. Rekarte o que viendo como está mi querida alea, la cual se la han cepillado alguno de los responsables que  estaban ayer allí riendo las graciosadas de Méndez de Luarca   y Navia Osorio, a las cuales yo no les vi tanta gracia, salvo que haya que ponerle el matiz de  aquello de que vienen de la boca de un subsecretario del Ministerio,  y ya se sabe que eso pesa,  y además ya se sabe  que desde el franquismo  mandan más que los ministros.

Pues eso hablar de soluciones de compaginar ciudad y aldea visto desde la perspectiva de un natural de Tremañes no deja de tener su guasa,  y más en estos momentos donde las operaciones urbanísticas se han comido el territorio, y donde para colmo se están implementando acciones como nueva subestación eléctrica proyecta por Red Eléctrica,  de alta tensión de 400.000 voltios que irá en los entornos de Lloreda  o sea que nos vamos convirtiendo además en  el «basurero ecológico» en que se ha convertido la zona industrial del concejo «por la concentración de instalaciones de riesgo para la salud y el medio ambiente entre las que se encuentran además  cuatro torres de alta tensión de 240.000 voltios, un transformador de 60.000 voltios, etc…

Fue graciosa la presentación y me hubiera gustado que se hubiera presentado en el marco de los nuevos polígonos industriales de Tremañes y vieran lo que ha perjudicado a la aldea determinadas decisiones y me pregunto si además de todo ello la aldea de Tremañes aún tiene paro?

UN saludo

Victor Guerra

martes, 4 de noviembre de 2008

MAGUESTU de los ANTIGUOS ALUMNOS INSTITUTO DE LA CALZADA


Aunque no es una noticia de Tremañes, sí que tiene alguna relación , pues buena parte de los chavales  de la epoca fueron, y fuimos, alumnos del famoso Instituto Padre Feijoo, que dirigian los Hermanos de La Salle (Los Baberos) primero tuvo su sede justo al lado del apeadero de Tremañes- La Calzada, luego ya se desplazó al lado de la Corralada, en la zona de la Pellejaría, dicho instituto todavía está ahi, ya que sus instalaciones las ocupa hoy el Colegio García Lorca.

Pues bien hace ya años se creó una Asociación de Antiguos Alumnos del Instituto, y como acto social todos los años por estas fechas convocan el clásico AMAGUESTU, que está previsto para el Día 14 de Noveimbre a las 21, 30h, y bien lo siento como otros años, pues siempre me pilla fuera, en esta ocasión en Auch (Francia)  pero aaí tengo presente siempre a aquellos que mueven o estan presentes todos los años en el evento y que son su alma mater: Begoña Blanco Mercería Perottti) ; Jesúss Carvajal (Loteria y estanco de la Avd. Argentina) , Puri Huerta y Fernando Alvarez.

Así mismo tienen lotería de Navidad.

Para la asistencia al Maguestu, hay que avisar y poner como ayuda  unos 5 euros, y uno de los telefonos para el aviso es el TLf.  615 282 488 (Puri Huerta)

Os dejo un enlace con la pagina del IES Padre Feijoo que recoge parte de su historia 


Victor Guerra

domingo, 2 de noviembre de 2008

TRemañes y los Autobuses

«Las líneas 14 y 25 pasan con una hora de periodicidad, por lo que los usuarios tienen que saber cuánto van a tardar»
26.10.08 -  EVA G. LLERA
Lo cierto es que tengo ganas de dedicar un día a montarme en la línea 14 y en la 25 y recorrerlas de punta a cabo, y contarles la aventura, mientras aquí tienen una pelea más de Tremñes con los autobuses (Victor Guerra)
Tremañes quiere entrar en la era tecnológica. Representantes de la asociación de vecinos San Miguel de Tremañes demanda lo que considera una necesidad «imperiosa para los vecinos»: unos paneles de información técnica en las paradas de los autobuses municipales que recorren la parroquia.

Según explican desde la agrupación vecinal, en la parada ubicada en El Plano, porque el que pasan las líneas números 14 y 25, carece de estas pantallas informativas que indican al usuario el tiempo de espera hasta el siguiente servicio.

«Estos autobuses hacen servicio a Sotiello y Tremañes. Ambos núcleos urbanos carecen de supermercados por los que los vecinos de estas zonas tienen que desplazarse con frecuencia a hacer cualquier compra a La Calzada», explica un portavoz de la asociación de vecinos.

«A los vecinos de la zona les gustaría saber con certeza la llegada del autobús a El Plano, tanto la línea 14, que hace el recorrido del Infanzón a Sotiello, como el 25, que viene desde Deva a Tremañes. Ambos pasan una vez cada hora. Los usuarios necesitan estar seguros de si ha pasado o no para poder tomar otra decisión como coger un taxi si les urge la llegada», concretaron.

En la misma línea reivindicativa se ha pronunciado la agrupación vecinal Evaristo Valle de Tremañes. El colectivo ha solicitado a Emtusa mejora en los servicios de autobuses municipales y también paneles informativos que sirvan de indicadores a los usuarios.

«Necesitamos al menos para algunas de sus paradas ya que Tremañes no dispone en ninguna de las marquesinas de las paradas del autobús dicha información», critican. Según la opinión vecinal, «esta información es más importante en estas dos líneas, en las que tardan tanto en pasar los autobuses del servicio público, que en otras de la ciudad que pasan cada 10 minutos. Si pierden uno al poco tiempo disponen de otro, y, sin embargo, sus paradas ya cuentan con estos paneles informativos», denunciaron.

Mejora de la flota
Los vecinos de la parroquia Tremañes añaden a sus quejas que «la flota de autobuses que hacen el servicio al barrio son los peores de toda la ciudad». Desde la asociación de vecinos se ha solicitado al Ayuntamiento de Gijón «insistentemente que se pongan mejores vehículos para estas dos líneas, ya que hacen recorridos muy largos y no son nada cómodos», explicaron.

«En repetidas ocasiones se han tenido que hacer transbordos porque el autobús que habías cogido para ir al centro de Gijón se había averiado. El pasado lunes el autobús número 14, que debía pasar por la parada de El Plano a las 19.25 horas, no pasó porque no funcionaba en condiciones», afirmaron

domingo, 26 de octubre de 2008

Tremañes en la memoria


En Gijón hay barrios para todos los gustos, y cada uno de ellos tiene sus modos y maneras, los cuales han ido configurando como un guante a sus moradores a la vez que ha ido alambicando toda una idiosincrasia que ha conformado y conforma, la propia historia del barrio.

En un número ya pasado de AGORA, intentaba retratar un carismático barrio gijonés como es Cimadevilla, y algún amigo,  y hasta el director de la revista me hacía algunas precisiones históricas e historicistas, y aunque les doy la razón en casi todo ello, no hay que perder de vista lo que en el imaginario colectivo se impregna. Por ejemplo “La Perala”, me queda claro que no era una puta, pero así ha quedado en el imaginario colectivo de Gijón, y más, si nos referimos a los que vivimos en el Gijón Extramuros, a los cuales nos quedan como retazos ciertas historias, recuerdos e imaginarios colectivos.

Supongo que cuando revisamos el imaginario sobre una parroquia, por ejemplo la mía Tremañes, nos asaltarán las imágenes tópicas de gitanos y portugueses a tutiplén, o que tal territorio, era y es, el paraíso de las naves industriales. En parte fue así, pero visto desde la perspectiva del oriundo o del autóctono esa imagen no se ajusta a la realidad como debiera. Eso es lo que sucede cuando se describen los barrios no desde la base documental, sino muy al contrario, buscando esas imágenes que a uno le quedan en la memoria, en la retina, en el subconsciente.

Dicho esto, paso como ave de pluma, por un barrio cuya frontera traspasé tantas y tantas veces, primero para visitar a una tía abuela Doñas Rosario, trabajadora de Metal Graficas Moré, que vivía en “Les Cases del Prado” (Cuatro Caminos), casas que aún perviven encajonadas entre un bar con solera como es “La Pipa”, y lo modernos edificios de entonces, que le cortaban el paso hacia la carretera de Moreda al Musel, lo mismo ocurre ahora, lo que pasa que la carreteruca se ha ampliado y ahora se titula como  una moderna  Avenida del Príncipe de Asturias.

 Estamos hablando de hace casi 50 años, una eternidad y ya en el 2007, año al cual los críos de entonces parecía que nunca íbamos a llegar, y ya ven ¡Aquí estamos¡

En las constantes visitas al barrio  de La Calzada uno se iba dando cuenta que esa gran urbe que hoy alberga a más de 60.000 almas, se parte y reparte en trozos y medidas, en calles y personajes, pues aunque se habla de la Calzada como algo homogeneo,l uego uno se da cuenta que comienza en una difusa frontera marcada por otro barrio como es el del Natahoyo, y que concluye a la puerta de la nada de entonces: Puente Seco;  y cuyo barrio hay que sumarle el sabor rural de buena planta que supone  la parroquia de Jove con sus Quintas y bellas casonas.

Pues eso, uno se iba dando cuenta que ese gran espacio estaba compuesto por unas sutiles fronteras que delimitan a su vez  una especie de micro barrios, como si fueran muñecas rusas: así tenemos a vuela pluma: Cuatro Caminos, Cerillero, La Yenca, Fátima, La Govasa, La Algodonera, etc..

Pero esa percepción  no nace de buenas a primeras, sino que la fue obteniendo a medida que  traspasaba las lindes barriales camino de la escuela. Por cierto, si  hoy se quejan las mamás de lo que sufren sus retoños, tenían que vernos en de aquellas largas caminatas con 7 u 8 años, rumbo a la escuela, sita en pleno barrio de La Calzada, o dirección más tarde del Instituto,  con apenas unos 10, y allí íbamos cada día con el cabás a cuestas, como antes se decía, o sea con la cartera llena de libros y papelazos,  y sin olvidar tampoco la cesta con la comida  para devorar en la propia escuela, y todo ello aderezado  con una “jartá” de kilómetros cada día en la patucas.

De esta manera me adentraba yo en La Calzada, por medio de una muy certera frontera que marcada la terrible “Caleyina” , sendero que nacía al pie de la estación de RENFE que antes era Estación de Tremañes y ahora es Apeadero de La Calzada,

A partir de aquella siniestras frontera, cuyos limites de trazada eran un espeso “matu” a un lado, y un extraño muro hecho a base de escorias siderurgias de gran altura al otro, conformaba  aquel pasadizo el paso iniciático al barrio industrial por excelencia, aunque  ya por aquellas alturas se encontraba en pleno declive, pues sus industrias no eran otra cosa que corroídos muros que dejaban ver las despanzurradas tripas de lo que fue el tejido fabril más importante de Asturias

Aquellas industrias variadas y variopintas; “la cerillera, la aceitera, la harinera”, la algodonera, la sombrerera, la azucarera”, solo conocí por el nombre propio la Cordelera Varas, y como estrellas del universo industrial con bellas instalaciones estaban: Gijón Fabril, y la fábrica de cervezas La Estrella de Gijón, a lo que hay que sumar los múltiples astilleros de desarrollaban sus trabajos de  espaldas a la urbe.

Lo cierto es que resultaba para los oriundos de una  aldea como Tremañes, como era mi caso, un poco paradójico entrar en el barrio de La Calzada, con aquellos murallones de la Caleyina,  de Gijón Fabril, del Orfanato Enquire Cangas, cierres que parecían albergar mil y una historias de fantasmas, y de aparecido,  que nos permitían llegar a la modernidad.  ¿Por qué será que las fronteras entre los barrios como La Calzada y Tremañes, se presentaban a mis ojos tan siniestras, y llenas de murallones?

Una de aquellas fronteras era la que nacía al pie de la “Quinta Marina”,  sita en El Plano, un  paso a  nivel con guardabarrera de la RENFE,  cuyos molinetes para el paso peonil nos divertían tanto a los guajes de entonces. “Paso a Nivel” que tanto vidas se cobró, y cuya existencia siempre andaba revestida de macabras historias que cada día revivíamos los infantes camino de la otra escuela, en esta caso hacia la Academia de Don Paco, trayecto que compartíamos con el diario desfile de trabajadores hacia las fábricas de Moreda, o  de Loza.

Tal vez todas estas historias, ficticias o verdaderas, nimias o de envergadura, eran la más eficaz herramienta para contener a la muchachada dentro de los límites barriales solo profanados por la obligación de ir a la escuela, bien porque  nos habían echado por imposible de las propias, o porque los padres querían algo mejor.

 Lo cierto es que fuera de estos obligatorios trayectos, se veía poca muchachada cruzar las fronteras de los barrios, y cuando se traspasaban  eran algo así como las incursiones de la peliculera “Guerra de los Botones”, y lo malo no quedar sin botones, lo malo era presentarse ante la comandancia materna con aquellas trazas presentando como excusa inverosímiles aventuras fruto de nuestras calenturientas mentes infantiles.

Una de mis primeras impresiones del populoso barrio de La Calzada, era el de un olor que penetraba hasta los tuétanos, y con el cual una buena parte de la barriada convivía, mal que bien,  y que provenía de la “pellejería” situada detrás de la Calle Costa Rica, en los aledaños de aquella enorme corralada denominada “El Callejón” que rápidamente fue fruto de la piqueta para dejar paso a una moderna avenida.

Aquella pestilencia nos deleitaba, a los escolinos del 1º curso de bachillerato del filial nº 1 del Jovellanos,  allá por los años 1964, y lo hacía con el rancio alimento para nuestras pituitarias de la peste de los pellejos echados al secado. Echar de aquellos entornos tal industria, costó años y paños, y no fue tarea fácil. Para mi que se consumó tal destierro por temas de la incipiente gestión urbanística más que a elementos de salubridad.

Entrar en la Calzada, fuera de las obligaciones escolares, era un deleite pues era entrever  el mundo de la modernidad, más tarde descubriría que había otros mundos más modernistas, como el de la propia ciudad de Gijón, pero para aquel rapaz con apenas siete años, amén de las incursiones de la mano de los progenitores por tierras gijonesas, La Calzada, me parecía algo fantástico, pues por allí pasaban los tranvías que pillábamos los domingos para irnos a la playa-merendero de Aboño, solar playero del calzadismo, con sus mesas acotadas y hasta con propietario, como las tumbas en los cementerios.

Era un clasismo increíble pero compartible, como compartíamos a su vez la grey infantil los juegos y hazañas en aquella gran duna de la playa de Aboño. Hoy todo ese entorno está convertido en un inmenso Parque de Carbones, al cual hay que dar la espalda cuando se sube a la atalaya de la Campa de Torres, para no ver su fealdad e impacto..

De la Calzada, también me queda el recuerdo nocturno de rápidos cruces por sus calles camino del hogar después de una sesión de pesca de “panchinos” en el puerto pesquero del Musel, cuando había lanchas y pescado, cosa que ahora de ninguna de las dos queda rastro.

La Calzada fue madurando como uno mismo lo ha ido haciendo, y eso permitió conocer lugares y lugareños, como  Reugeot el sastre, a Peroti, a Don Enrique, el fáctotun de aquel abigarrado Ateneo Obrero de La Calzada que puso en su día marcha el masón Gervasio de la Riera.

Entre los personajes calzadistas nos podemos olvidarnos del gran retratista del calzadismo el fotógrafo César, oriundo de Tremañes, y al cual le veíamos por Pascua Florida, y por San Juan;  por su aldea natal. Y  así tantos y tantos otros, como el mítico Don Carlos Prieto, que tantas canas le sacábamos los neños de entonces, como médico cirujano del lugar; allí estaban “Kisol”, el gran “Quique” prodigio de la integración de la deficiencia en pleno barrio; más tarde  vendrían los Hevia Carriles, el cura Don José Luis, el de Fátima; más retrasado D. Benito, aquel cura rojo,  que dejó  con media sonrisa  boba a las beatas cuando se casó con la “rusa”.

Debería estar aquí a mi lado, mi tío Arturo, el Moliñeru” aquel que se fue para la Argentina, para el Buenos Aires de Gardel, ese que viene cada dos años, y al cual  necesitaría con urgencia para indicarme con su prodigiosa memoria, los  hechos y dichos que han sucedido en esta gran urbe obrera y fabril de Gijón.

Y sería necesario su regreso, como el de tantos otros,  y para que nos enseñaran a la vieja usanza, el estilo  oral,  quién era quién en el barrio. Es interesante el recuerdo de los que se fueron, pues su disco duro mental no se ha llenado de cosas vanas, ellos han dejado grabado a fuerza de nostalgia, un rinconcito en su disco duro, donde se almacenan los recuerdos más increíble s con una nitidez impresionante.

 Así se ha ido construyendo mi particular universo, reconociendo en este barrio una filosofía: El Calzadismo, que aún pugna por permanecer en pie en algunas calles, en algunos edificios y en algunos bares, como “La Pipa”, o “Casa Toni”,  por no olvidar  “El Cubano”  o alguna escondida bodega, ajenos  todos ellos a la postmodernidad que los atrinchera.

Esa filosofía todavía está presente, a retazos, en la Avenida de la Argentina a la que  se asoman modernos edificios, entremezclados con aquellos otros que vieron convivir a la pléyade anarquista y socialista, que asentó sus reales en estos parajes, luego vinieron los comunistas, aunque antes estuvieron los masones con un taller masónico en Jove, que arribó a tales parajes de la mano de Gervasio de la Riera colocando como título distintivo a tal futura logia el de “Evaristo San Miguel”,  De la Riera impulsó la creación del Ateneo Obrero de la Calzada, que conocí gobernando desde no se sabe desde que puesto o autoridad por Don Enrique, conocedor de empresas, utopías y maldades.

Pero esta es otra historia, la del Ateneo y sus historias políticas, que las hubo y muchas…

Y así se va construyendo todo un imaginario, lleno de ensoñaciones, donde el cine juega un papel importante en mi vida y en la del barrio, pues si en mi retina tengo el gran telón del Cine de Los Campos Elíseos, en pleno Gijón, debía ser yo muy pequeño pues poco más me queda en el recuerdo. El Cine Rivero en la Calzada es todo un referente para el calzadismo y la Calzada.

“El Rivero” era  cine al que bajábamos los domingos a la sesión de las tres, y como mucho  a  la de las cinco, aunque solía ser esta última para mayores; y lo hacían  desde los naturales de La Calzada, a los de Jove o los de las aldeas limítrofes, hasta llenar aquel anfiteatro “holiwudiense” en pleno pulmón calzadista.

Cine de barrio  que con sus películas de romanos, o de vaqueros, y como no de duchos y pérfidos espadachines alimentaba nuestras mentes para la construcción de artilugios para uso y disfrute infantil: espadas, escudos, historias, y tramas, que nos servían para todo un mes de juegos y andanzas.

Así era la Calzada, un barrio donde la filosofía reinaba por los poros de la urbe industrial, pues no en vano era escuela y universidad para muchos,  y un lugar donde sentirse ciudadano, y de cuya filosofía ustedes aún pueden disfrutar  entrando a tomarse una sidra  un viernes al atardecer en “Casa Toni”, en Cuatro Caminos, y bien pueden ilustrarse  repasando el libro: Foto Cesar, la Calzada de Gijón. (Hechos y personaje del siglo XX), cronista de un barrio y de una época que a buen seguro que les sugerirá más cosas que estas malas frases traídas aquí al refilón de la memoria.

Victor Guerra.

domingo, 12 de octubre de 2008

La Virgen, los solteros de Tremañes

Me hago eco de una noticia relacionada con Tremañes, mejor dicho con una parte de la parroquia: Lloreda, que es como un mundo aparte,

Pues  la fiesta parroquial siempre fue San Juan Bautista, ahora se celebra otra,  La Virgen del Pilar, aunque ello más que nada es referido a Lloreda


La Virgen de los solteros...

Tremañes celebra Nuestra Señora del Pilar con una comida vecinal, música, chocolatada y un partido de fútbol en el que perdieron por goleada los casados
12.10.08 - AIDA COLLADO

La Virgen de los solteros

Algunos de los vecinos que se reunieron ayer para comer en la sede de la asociación. / J. PAÑEDA

La empanada, el jamón y la cecina anunciaban ayer a los olfatos más despiertos que el barrio de Tremañes se había vestido de fiesta. Más de 60 paladares se reunieron en la sede de la Asociación de Vecinos Evaristo Valle para dar buena cuenta del menú elaborado por el Asador Don Pepe, tras una misa en honor a la Virgen del Pilar. Había qué celebrar. Los vecinos recuperaban una tradición 14 años después de su desaparición.

«La gente empezó a comentarnos que antes el barrio tenía unas fiestas muy importantes y que habría que recuperarlas, aunque sólo fuese para reunirnos todos en una comida», explica el vicepresidente vecinal, Manuel Celis. Dicho y hecho, eso y mucho más.

Porque tras la copiosa comida muchos otros vecinos se sumaron a la reunión para presenciar lo que, a su juicio, se convirtió en un momento histórico para la parroquia: el partido de solteros contra casados.

Más de 300 personas se acercaron al campo de fútbol «porque quien más o quien menos conocía a alguien que jugaba». Había animadores para ambos equipos, pero parece que La Pilarica, en esta ocasión estaba de parte de los solteros. Quienes no han pasado por el altar ganaron por goleada, seis a cero, al equipo de los casados.

«Fue un éxito total e inesperado. Cuando inauguró el campo la alcaldesa no vino tanta gente», recordaba divertido Celis. Y para celebrar el triunfo de la convocatoria, los miembros de la asociación lanzaron una docena de voladores.

Por la tarde, los más pequeños se reunieron en una gran chocolatada, durante la que se repartieron unos 200 donuts. «Mayores y jóvenes. Todo el mundo salió de casa», concluyó Manuel. Por la noche, la orquesta confirmó algo ya sabido: la fiesta del Pilar en Tremañes ha vuelto.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Videos de los niños de Tremañes


Aquí os dejo unos enlaces a los trabajos que han hecho o han participado los alumnos del Colegio Publico de Tremañes.



Homenaje a Maria Teresa Gonzalez
http://video.google.es/videosearch?source=ig&hl=es&rlz=&q=Homenaje%20a%20Maria%20Teresa%20Gonzalez&um=1&ie=UTF-8&sa=N&tab=wv#q=Trema

Vídeo “Cappuccetto Verde y el lobo rosa”

http://es.youtube.com/watch?v=LuO0AOa1ZOs

Vídeo “Michael y sus monstruos”

http://es.youtube.com/watch?v=e4plpnQPsCY

Vídeo “No quiero ser violeta”

http://es.youtube.com/watch?v=lkrUscZdwuo


Espero os gusten

domingo, 31 de agosto de 2008

La movida va por barrios, Sendas Verdes y Fluviales

Mucha historia con la nueva Senda que el Ayuntamiento ha hecho por Viesques, y nada tengo contra de ella, es más, ojala hicieran más y más kilómetros para paseantes y ciclistas en Gijón, pero me fastidia que como oriundo de Tremañes, se nos considere como de tercera, y no es un complejo, es una realidad, pues no haya nada más que ver el tratamiento que se le da a la nueva senda que va desde Visesques por el río Francia, adelante y que espero recorrer en breve, y el que recibe la vieja Via Verde de la Camocha.

Pero ante ello no me cabe más que preguntarme, y preguntar al Ayuntamiento de Gijón ¿Qué pasa con la Via Verde de la Camocha, que además del abandono al que está sometida, en algunos de sus tramos, ha quedado medio perdida en cu comienzo en los predios traseros de Santa Bárbara, al pie del Mortero..?

¿Cuándo piensa el Ayuntamiento proseguir la senda, tal y como se propuso en algún estudio ciclista, sacarla de su "impasse" y llevarla por la nueva pasarela que se contruirá en breve para poder conectarla de este modo con el carril bici de Moreda.?

Sería una buena cosa que la Asociación de Vecinos planteara este tema e hiciera sus alegaciones.

Que la Senda siga su curso, al menos hasta los aledaños del Colegio de Tremañes , donde debería tener un buen tratamiento informativo con paneles de recurso y descanso, como punto de inicio interesante y no como ahora en medio de la nada.

Pasarla por donde se crea mejor hasta la pasarela de la RENFE y de ahí plantear su conexión con el actual carril bici de Moreda,

Eso sí sería actuar en justicia, y no dejarnos comer tostadas por las nuevas sendas, cuando en Tremañes tenemos una de las mejores sendas, que debemos hacer nuestra, para de este modo hacer un interesante bucle cilopeatonal que pueda conectar a todo Gijón, incluido Tremañes

Espero que alguien de la Asociación tome nota de las suigerencias y las haga propias para no perder de nuevo el carril...

Victor Guerra