martes, 16 de noviembre de 2010

EL DIARIO EL COMERCIO Y LA ESPECULACION INMOBILIARIA

Buen día, lectoras y lectores, nos hace llegar el amigo Dick Turpin una interesante noticia que no debiera sorprendernos dada la presión urbanística que se da en Gijón, ya vimos la polémica sobre el crecimiento de la ciudad, que finalmente salto la barrera de la circunvalación para situarse en el medio rural  donde las fincas y solares llevan años en manos extrañas muy dedicadas a la especulación.

Ha vamos viendo como el juego del monopoly alcanza a los terrenos navales gijoneses, era una realidad que veía hasta el más tonto de mi aldea, pero todos insisten en vestir a la mona de “restructuración” , al final nos han quitado las costa gijonesa para los usos industriales y finalmente son devueltos a costa de la especulación inmobiliaria no ha sus dueños ya que ha cambiado el uso, sino que ha pasado a manos de la  especulación y en esa filosofía entra el DIARIO EL COMERCIO, como entrarán me supongo yo algunos otros solares de Gijon

Víctor Guerra

Les dejo con la noticia y reflexión de Dick Turpin
Julio Maese Guisasola (director general) y Goyo Ezama Meabe (director financiero) persisten en sus planes de exterminio: cerrarán la rotativa de EL COMERCIO en Gijón-Xixón y se llevarán el decano de la prensa asturiana a una planta de impresión en la localidad zamorana de Benavente, desde donde a diario se deberá transportar y distribuir el periódico por toda Asturias. La rocambolesca operación de deslocalización que quieren perpetrar estos dos individuos supondrá, además, el fulminante despido de 29 trabajadores sin posibilidades de recolocación.

Por la información que le ha sido revelada a Dick Turpin, esto es sólo la punta del iceberg contra el que se estrellará EL COMERCIO en los próximos años. Los terrenos que ocupa el periódico con mayor tirada en Gijón y el segundo en Asturias son pasto de la especulación inmobiliaria. Al parecer, ya han sido vendidos a una constructora para llenar la zona de viviendas. El rotativo se ubicaría en otra zona de la ciudad, en locales mucho más discretos, por lo que como primer paso sería necesario liquidar la rotativa y dejar sin trabajo a casi una treintena de trabajadores, algunos de los cuales llevan más de treinta años trabajando para esta empresa.

Sobra decir que con esa operación urbanística, los 600.000 euros de beneficio que acumuló EL COMERCIO en el último ejercicio (sí, este periódico despide a pesar de sus ganancias) quedarían reducidos a la categoría de calderilla. Hace unos años, corrió con insistencia el rumor de que una de las grandes constructoras asturianas había ofrecido cerca de doce millones de euros por dichos terrenos, ubicados entre las calles Luarca, Teodoro Cuesta y Diario EL COMERCIO, antigua calle Ferrocarril. Los beneficios, por supuesto, no se quedarían en territorio astur, sino que se irían volando a Madrid y Bilbao, los centros de poder del Grupo Vocento (brazo mediático del BBVA), que lleva ya unos cuantos años vampirizando y descapitalizando el periódico gijonés. A este gente poco o nada les preocupa EL COMERCIO. Se trata tan sólo de chuparle la sangre hasta donde sea posible y luego, como ha ocurrido en otros casos, abandonarlo malherido.

Este escenario nos anima a seguir con las movilizaciones y a intensificarlas. Son cerca de 5.000 las firmas contra el cierre de la rotativa que hemos reunido en apenas dos semanas y seguimos sumando apoyos de personas y colectivos. Uno de los últimos, muy significativo, es el de Kiosqueros Asturianos Asociados (KIASA), un colectivo que, dicho sea de paso, lleva años sufriendo la prepotencia y la negativa al diálogo por parte de los citados señores Maese y Ezama.

Seguimos en la lucha.

Más informaciones  SInlaVenia  ; Absolut Gijon  ;
DICK TURPIN

viernes, 15 de octubre de 2010

Uno de Tremañes: Los treinta años de oficio de Gaspar Meana

El dibujante gijonés, colaborador de EL COMERCIO y autor de numerosos proyectos históricos, participó ayer en el Salón del Cómic del Principado

14.10.10 - 01:36 -
M. F. ANTUÑA | GIJÓN.
Los treinta años de oficio de Gaspar Meana
Tiene 30 años de oficio y una vida entera de dibujos. Ya cuando era un niño no se separaba de los lápices, ya entonces convertía en viñetas todo lo que veía. Gaspar Meana (Gijón, 1960), ilustrador y autor de cómic, es uno de los autores participantes en el Salón Internacional del Cómic del Principado, que hasta el sábado se desarrolla en el Centro de Cultura Antiguo Instituto. Ayer participó en el Cómic en vivo junto a Mariñas y Berto.

Aquel niño de Tremañes de familia ganadera que dibujaba las películas consiguió hacer de su pasión oficio. No pudo estudiar Bellas Artes en Madrid, como hubiera querido, probó suerte con los estudios de Derecho, y finalmente se decantó por formarse en Dibujo Publicitario en la Escuela de Artes y Oficios de Oviedo. En su época de estudiante, empezó a trabajar. «Empecé a ilustrar cuentos antes de salir de la escuela», rememora. No es capaz, sin embargo, de recordar cuál fue el primer cuento que vio la luz con sus dibujos como compañía, sólo que eran trabajos infantiles para la editorial Silverio Cañada.

Aquello no era cómic propiamente dicho. Porque a lo largo de la vida de este ilustrador colaborador de EL COMERCIO siempre ha habido una dicotomía entre la ilustración y el cómic, entre el trabajo que da dinero y el que da satisfacciones, entre la obligación y la pasión. Con 26 años y mientras ilustraba cuentos, ya compuso una de esas historias que le han acompañado a lo largo de toda su vida, 'El caudillo de las manos rojas'. Aún está en su casa. Nunca se llegó a publicar y ahora ya no tendría sentido hacerlo.

 «Ese tipo de dibujos ya quedaron atrás, habría que mirarlo más desde el punto de vista arqueológico que artístico», dice mientras hace balance y llega por fin a la que ha sido su gran obra, 'Crónica de Leodegundo'. «Cuando tenía 26, 27 años, quería hacer algo más serio en cómic y se me ocurrió hacer uno sobre la caída del imperio», relata. Así surgió una obra que le llevó 17 años de su vida, con 25 álbumes de 50 páginas cada uno en los que no sólo los dibujos son obra suya, sino todo lo demás. Y es que este dibujante sólo en ocasiones contadas ha trabajado con un guión ajeno; por norma general, son también suyas las palabras que pronuncian sus personajes. Además, estos volúmenes tienen un inmenso trabajo de investigación histórica.

La historia es su gran pasión junto al dibujo. Por eso ahora investiga sobre Alfonso II el Casto en un trabajo que nunca será dibujo, sino que aspira a ser historia con mayúsculas. Tiene en mente otra gran obra en cómic de carácter histórico, pero el cansancio de 'La crónica de Leodegundo' le provoca un cierto temor a embarcarse en un proyecto tan a largo plazo. «Me gustaría hacer una historia sobre los tolomeos, pero es un tema que me asusta un poco», detalla.

Son trabajos que tienen tras de sí muchas horas y un esfuerzo ímprobo y con las que, en ningún caso, se gana dinero. Son apuestas personales por una forma de hacer cómic muy particular que no siempre son fáciles de publicar en un país, España, en el que las editoriales -asegura- prefieren editar obras extranjeras. Esos productos llegan ya con la promoción hecha y resultan más baratas. «En Francia se puede vivir del cómic, aquí en Asturias, y en España en general, no». Y esa situación se da en un país en la que no faltan ni la creatividad ni los buenos profesionales. «Aquí siempre se han hecho cosas buenas».

También se hacen en los periódicos, un lugar en el que Gaspar Meana vuelve a hacer gala de su pasión por la Historia desde la perspectiva de hoy. «Hacer ilustraciones para prensa me parece muy divertido y refrescante», dice. Y lo es porque lo que retrata en sus dibujos es la realidad de un presente que pronto será pasado y que servirá como fuente por otros historiadores. «Tengo la sensación de que estoy haciendo historia», afirma.

Su propia historia escribe la XXXIV edición del Salón del Cómic del Principado, que ayer acogió la presentación del último número de 'El Wéndigo' y del corto 'El último día entre los muertos', de Carlos del Rincón. El programa previsto para hoy incluye, a partir de las 18.30 horas en el Centro de Cultura Antiguo Instituto de Gijón, la presentación de Rubén y Carlos del Rincón por Javier Cosnava. Habrá también un coloquio on Diego Olmos y se dará a conocer el blog de 'El Wéndigo'. Como todos los días, desde las 16.30 a las 18 horas, habrá cómic en vivo con distintos autores dibujando y regalando sus obras.

martes, 12 de octubre de 2010

El mapa más trágico

Gijón acoge nueve de las 343 fosas comunes recopiladas en Asturias

LUIS MIGUEL PIÑERA
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Ya se ha hecho público, tras cinco años de trabajo, el mapa que recoge las fosas comunes y otros lugares de enterramiento de personas desaparecidas en Asturias con motivo de la Guerra Civil. Puede consultarse en internet, por ejemplo en la página www.memoriaxixon.net. 

Es consecuencia de la colaboración realizada en estos últimos años entre el Ayuntamiento de Gijón, la Consejería de Bienestar Social y Vivienda y la Universidad de Oviedo. Hablamos de datos como son los 343 enterramientos diseminados en 55 municipios; de ellos 21 corresponden a combatientes y 322 a víctimas de la represión posterior. Setenta de esas fosas son individuales y el resto colectivas.

Ya están identificados más de 3.000 cadáveres, entre ellos los casi dos mil de la fosa del cementerio gijonés de Ceares. Hablamos de datos, de cifras y de sentimientos. La profesora de Historia Contemporánea Carmen García fue la coordinadora, y con ella colaboraron Pedro Luis Alonso García, Gustavo Álvarez Rico, Claudia Cabrero Blanco, Amaia Caunedo Domínguez e Irene Díaz Martínez. Centrándonos en el caso del concejo de Gijón se contabilizan nueve fosas. La mencionada de Ceares es una, y la más principal, pero también están las que existen en los cementerios de Tremañes, Jove, Roces, Cenero y Porceyo. Además, otra en La Camocha; la de La Pedrera, en la finca de los Rodríguez-Sampedro, y la del barrio del Gallinal, en Serín, en la finca «El Cantón».

Algunos ciudadanos hablan de la no necesidad de estas investigaciones, de que «hay que olvidar lo pasado porque los desmanes vinieron por ambos lados», y de que «es reabrir heridas ya cerradas». Discrepamos. La rigurosa investigación histórica de la que aquí nos hacemos eco era necesaria (lo era desde hace muchos años) y es fundamental para que recuperen su dignidad los hombres y mujeres que, paradójicamente, nunca la perdieron.

Que hasta ahora hubiera en Asturias -siete décadas después de los sucesos- más de 300 enterramientos clandestinos, la mayor parte de ellos olvidados en cunetas, y sin señalizar, y que hubiera más de 3.000 asturianos «mal enterrados» era algo que nadie con la mínima sensibilidad entendía. Ni tan siquiera desde el punto de vista meramente sanitario. Víctor Manuel le puso música: «Cómo voy a olvidarme, ¿están hablando en broma? Sólo olvidan los bobos, porque los mal enterrados ni mueren ni reposan».

martes, 7 de septiembre de 2010

UN ACTO SOCIAL

Boda 014 La familia García al completo en Laguardia (ALava)

En estos día hemos estado casi la familia al completo en Ollauri, donde vice mi hermana Marigel, y donde finalmente se ha casado su hija  Patricia, lo que son las cosas, apegados a Gijón y a Tremañes, pero los dioses han querido que al final que cada uno busque su hueco, yo en Villaviciosa , o sea más o menos cerca, y mi Hermano en tierras de la Rioja, y allí  disfrutamos este fin de semana pasado de  una boda en plan familiar con sabor asturiano, eso con el amargo recuerdo de haber enterrado no hace muchos días a dos tíos maternos Pepe Luis y Claudio Avelino .

Pero así son las cosas de la vida.

Aquí dejo para la familia de al otro lado de la frontera y para los amigos de Tremañes estas instantáneas que sacó mi Hermano José

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La novia (Patri) y su padre y padrino  y el novio (Carlos)  y la novia (Patricia)

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Boda 029 
Los García y Guerra  y una sobrina 
Boda 038
Sabor astur
Boda 050 Boda 057
La Comida
Boda 083
Boda 098 Boda 099 Boda 097
Boda 101 Boda 096 Boda 131 
parte de los García
Boda 140El Fotógrafo y su ligue

Boda 144
La siesta del que suscribe esta cónica

Chusi el fíu de Lola

viernes, 13 de agosto de 2010

Las Bicis en Tremañes

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Dice el dicho popular o el anuncio de las pelis, que las bicicletas son para el verano, y debe ser cierto,  porque siempre tengo la referencia familiar con estos artilugios con los que me llevo pegando desde hace unos 50 años, de utilizarlos  fundamentalmente en verano.
Pero el otro día no sé porque extraña causa, a veces uno cree que está entrando en esa senda  ante la cual es bueno plasmar todos estos recuerdos antes de despedirse de este mundo, bien porque el Oriente Eterno le llame a uno, el GADU no lo quiera, pues tengo muchas cosas pendientes, o bien porque uno teme entrar en esa vorágine donde la realidad da paso a un extraño limbo en el que la memoria es un amplio desierto de referencias inconexas . Que sé yo…. mecanismos del subconsciente.
EL caso es que ese sobresalto al ver algo me vino al recuerdo que en aldea apenas si conocí gente o críos con bicicletas, tengo el recuerdo de mi padre en su bicicleta o en su moto, o mejor dicho en sus bicicletas, tenías siempre varias, y siempre me recuerdo a mi montado en alguna , aún cuando no llegaba a los pedales y me ponían en los pedales aquellos tacos de madera para poder rodar  calle arriba y calle abajo.
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Aparte de los triciclos de madera que tuve , pronto pasé a las bicicletas que quedaron definitivamente unidas a mi vida, con intervalos clásicos de amor y odio. Uno de los recuerdos más nítidos que  tengo es un buen trompazo con una de aquellas inmensas BH de “paisano” en las que metiendo el diminuto cuerpo por entre el cuadro, pedaleábamos calle abajo, claro está hasta que la velocidad ya era un puro vértigo difícil de parar y me veo estampado contra la pared directamente.
Como digo en la aldea recuerdo poca gente con bicicletas, algún paisano para ir a trabajar, pero en general Tremañes era más bien un aldea de andarines; y entre la chavalería lo típico era el futbol, las canicas o las chapas…; tal vez no había dinero para bicicletas, pero a que la zona de la Farmacia  estaba el taller de Valledor,l  siempre con su cachaza y eterno cigarrillo en la boca y el mal humor a flor de piel, que diferencia con su la sensibilidad y el cariño que desprendía su mujer. Su taller lo recuerdo como un gran arca de Noé lleno de carros del país, de ruedas, de trastos y esqueletos de todo tipo artilugios rodantes, y de viejas y remendadas bicicletas.Pero pese a ello solo recuerdo en bicicleta  y haciendo pronto carreras, tras lo juegos de ginkanas en las fiestas de Tremañes  al hijo de Pipo Margaride,  o sea  a Pipo (II) casado con uno de mis viejos amores virtuales.
Era de los pocos críos con bici, y yo creo que el único que competía en las pruebas de infantiles o juveniles en aquel famoso Turanzas Amieva, que tenía su sede y garito en taller que poseía Amieva en la calle Ezcurdia, y donde conocí al alocado y siempre campechano Tarangu, aunque a mi me gustara más el Antonio Menéndez, con ellos hice alguna que otra correría tras su rueda.
IMGRodando por los Ancares

Las bicicletas infantiles pronto dejaron paso a las otras, y entré en el mundo de la emulación del ídolo local que era Pipo Margaride, al que para alguna carrera creo que le pedí alguna vez un culotte, y un maillot, al final creo que me regaló un viejo equipo del Turanzas Amieva de lana , que anduvo por casa años y paños. Me veo de este modo entregado a la bicicleta como competición, horas y horas de entreno, por las mañanas antes de ir al trabajo, salía y andar en bici, recorrido mañanero: Tremañes-Candás por la cuesta Albandi, para volver por la Formiga hacia Ambás y de ahí para casa , desayunar y al curro que era de recadero en bici  en la droguería Deli, donde entré con 14 años .

Los fine de semana  me recuerdo inventando largo recorridos y haciéndolos, Gijón – Villaviciosa- Sariego-  o  Gijón Oviedo –Las Cruces- Mieres- Padrun y la Rebollada y para casa de nuevo…. una animalada que explicaba luego que en las carreras no anduviera ni para atrás y que mi padre tras llevarme a alguna me dejase al devalo por la vergüenza de verme entrar siempre fuera de control.. Era autodidacta y no sé quien me había metido en la cabeza que lo mejor para andar bien en bici era hacer muchos , muchos kilómetros, y ahí andaba yo metido en las palizas mañaneras, en los repartos en bici por todo el término de Gijón, complementado con las vueltas en la tarde en el velódromo de Las Mestas, y la paliza del fin de semana.

Es evidente que no tenía ni preparación física, ni constitución para la bicicleta, pero kilómetros hacía un montón, con 16 años ya sabía de pajarones en solitario de largas y penosas rodaduras: Gijón-Covadonga, así se descubrió la cosa, cuando en una carrera combinada de Juveniles y Aficionados, en la que el Tarangu nos sacó más vueltas que las que había… pero en las que yo entré con los aficionados, y era subir desde Mareo el ALto La Madera, llegar a Noreña y dar la vuelta hasta Mareo, así cuatro o cinco veces, yo era un juvenil de primer año… y fue cuando me vieron fresco como una lechuga entrar con los últimos aficionados, habiéndose retirado todos los juveniles, que habiendo cumplido sus vueltas  optaban por ver que podían hacer en la combinada. Recuerdo que se acercó Amieva y me preguntó: Chaval pero tú cuanto entrenas…? Cuando le conté mis andanzas cayó de culo, ahora entiendo que en las pruebas de juveniles en línea no anduviera para atrás, es que cuando tu empezabas a calentar la prueba se había terminado.

Y era cierto las pruebas eran de 60 kilómetros para juveniles  y yo entrenaba unos 100 kilómetros, digamos que era un fondista nato…. pero tanto entreno, tanta matadura pronto los calambres , las lesiones curadas a base de pedales hicieron mella y odié la bici hasta colgarla durante años…

Luego los que son las cosas, el amor y no tener un duro, ah y un robo en el piso que nos dejo sin nada, por lo cual antes que quedarnos en casa ese verano Carol y el que suscriben descolgó mi vieja bicicleta, y preparé otra para Carolina que apenas sabía andar en bici, yo había hecho dos intentos de viajar en bici, pero volví llorando a casa, entre la depresión y el marchar camino de Sevilla solo, desde Gijón en pleno julio con la torrada castellana no fue buena opción, me recogió una buena señora llorando allá donde Castilla pierde su nombre y empieza la extraña y misteriosa Extremadura, como digo me recogió esa tarde-noche llorando al par de un viejo camino, yo había tirado la bicicleta y me fui andando no se sabe hacia donde ni para qué… la desesperación la depresión y la insolación junto con la ignorancia fue todo un cóctel que acabo con mi presunta fortaleza…

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Pero luego ya con algo más de experiencia y con compañeros y compañeras la cosa mejoró y así la bicicleta formó parte de nuevo de mi vida, he viajado con ella y sobre ella, he recorrido toda España, hasta el 92 no tuve coche, por lo cual todo lo hice en bicicleta, hasta lo poco que conozco de Europa fue en bicicleta , Años de cicloturismo de alforjas, de viajes y más viajes, luego vino la BTT , y el crío y los viajes en familia ….y hoy sigo con la bicicleta, pero sigo notando pocas bicicletas y bicicleteros en aldea.

Chusi, fiu de Lola y el Chus el Chan

lunes, 19 de julio de 2010

RAROS, DISIDENTES, y HETERODOXOS, de Tremañes pocos…

Acabo de llegar de la presentación del libro de Luismi Piñera  sobre “Raros, Disidentes y Heterodoxos . Personajes  de Xixón entre 1850 y 1950” que publica el Ayuntamiento de Gijón dentro del Proyecto de Recuperación de la Memoria Social  de Xixón.
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Acto como siempre entrañable que en este caso se celebró en el Tendeyón del Pueblu d´ Asturies, y el cual uno puedo ver y saludar a los viejos amigos, cada vez uno ve menos amigos, no sé sí porque se van descabalgando de este asunto de la lucha cultural, o porque van engrosando otras listas,  que es dolo hasta mentar.


Lo cierto es que Pachi Poncela lo bordó con su angustia playera que plasmó en la glosa del autor y del libro, y “nun me lo imagino comiéndoi el tarru  a la muyer, pa no follar por la angustia de escribir un prólogo,  pa mí que y salió mejor la presentación de viva voz aunque pierda un tanto velu en vivo y en directo”

En todo caso fue  interesante sentir la heterodoxia,más que verla porque los representantes  que este caso estábamos tan  tan acicalados como fermosos aunque barrigones y alejados de los estereotipos retratados, digamos que éramos la viva de la correctamente la viva  estampa de  lo correctamente político escorado a la siniestra.

Una vez obtenido el el botín, o sea el libro, oteé el índice onomástico y de lugares , y aparte de verme siempre citado por los mismos libros, hay alguno más sobre los raros masones y en este blog o en el de Oriente Eterno ya expuse alguna más de esas rarezas humanas, que por cierto ten  a Luismi picau… y algún vecín más. De todas formas  Gracias de todo corazón  ya uno puede morirse tranquilo  salí en la Enciclopedia de Asturias reseñado,  y de vez en cuando a uno ya lo citan o le mientan  para maldición o cabero de algunos, lo cual también viene a decir que ya estamos en ese parterre  no de las “figuras” sino de los figurines que por edad  están próximos a sestear en la “quintana de los mortos”

Una vez saciada la vanidad personal, busqué la locución o topónimo de Tremañes, y parece que dimos pocos raros , y disidentes y menos heterodoxos, pues solo se cita a Tremañes en tres ocasiones, y una de ellas es para hablar de un luchador gijonés que vino a luchar a Gijón conocido como el RAKU, y el periódico el Noroeste de  1909 realiza una entrevista al japonés gracias a los servicios  de Alberto Entrialgo, vecino y natural de Tremañes, viajero y aventurero que había aprendido  japonés el haber recorrido mucho mundo como maquinista naval. A dicho intérprete lo  pinta el periódico  como antiguo obrero de la fábrica de Loza,  que hablaba correctamente el chino, el japonés, el inglés y el italiano, y algún que otro idioma que chapurreaba como el francés , el alemán , o el vascuence… este lo parloteaba mejor que Arana.

Luego salimos los tremañenses con otros  temas relacionados con los cementerios y la poca dignificación de los enterramientos o la negativa por enterrar a los que nos eran de la cuerda católica.
No me deja de llamar la atención el tema de las Agrupaciones republicanas y anarquistas radicadas en Tremañes que siempre salen a relucir estas agrupaciones de izquierdas, y cuyo poso nunca sentí en la aldea de la que seguramente fueron desterradas.

Pero si bien no tenemos raros y disidentes de alcurnia  en el libro de Luis Piñera, es porque este no se ha documentado bien del todo,(ironía)  porque los tenemos, y porque además no están en la “city del culu moyau” en la tierra de los culturetas de columna semanal.

Tenemos los raros, los ambidextros, los siniestros, los disidentes, pero los nuestros son de andar por casa, y entre esos personajes típicos de la aldea para mi tienen sitio: Marina La Guardesa, mujer de bandera por cuyos predios ferroviarios pasó medio Gijón piropeando a Marina, está también  Conchina la del Nietu… y seguramente que la memoria popular de la aldea, si quiere  podría sacar a relucir alguno más,  que los hay...

En ese sentido Luismi  recuerda y recupera  las cosas tal como eran , o como se constatan en los diarios y en las notas de prensa, que ni eran ni buenas ni malas, ni mejor ni peor, eran tiempos aquellos  malos y revueltos (1850-1950) y hay que tomarlos con humor playu,  y es bueno este tipo de libros en tiempos donde se quiere borrar la memoria histórica, esa que nos retrata y  nos expone  tal   como éramos o   como fuimos,  se debe tener claro que la memoria de los demás también debe ser respetada y tenida en cuenta y no se trata de herir  estimas personales, sino muy al contrario se  trata de sacar de la añoranza con cariño esos viejos recuerdos que como posos nos construyen  y que llevamos guardados desde haños, aunque no se entiendan como tal... como viejos daguerrotipos...,  por eso la lectura del libro de Luismi debe ser entendido desde esa perspectiva de escarbar en la memoria colectiva,

En todo caso un buen libro, el de Luismi Piñera, al que leo con fruición y me río a destajo imaginando  como  recopila su buena  tanda de “raros, raritos” y disidentes,  como lo somos el y yo mismo, y como así afirma en la dedicatoria que me hizo en el libro que reseño en  este cronicón.

Como digo buena lectura para este verano,  y espero poder  pergeñar también  esas historias a cerca  de los “nuestros”, que también los hubo, y los tuvimos entre nosotros, es evidente que no tienen  la notoriedad de los que presenta Luis Piñera, y ni tengo su pluma, que para mi la quisiera, ni nosotros los de Tremañes tenemos ese “fer play” de encajarlo todo, ni se de ser moderados  en el decir ni en el expresar, pero aún así con todo, Gracias Luismi por el libr.

Chusi, fíu de Lola y el Chan.

jueves, 15 de julio de 2010

TREMAÑES «Somos un barrio muy particular»

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Representantes de la asociación San Juan Bautista posan en el apeadero de Feve en Tremañes. De izquierda a derecha, José Luis Mata, José Ignacio Jonte, Pablo Montes Cueto, Pilar Córdoba con la pequeña Ainara, Fermín Entrialgo, Noelia Vázquez y Constantino Alas, presidente del colectivo vecinal. :: P. CITOULA

San Juan Bautista Junto a Roces, Tremañes es la única parroquia que combina en su territorio elementos urbanos, rurales e industriales

15.07.10 - 03:08 -
POR JESÚS ESCUDERO |

  • Tremañes es una zona tan heterogénea que ni los propios vecinos se ponen de acuerdo en denominarla barrio o parroquia, al utilizar ambos términos indistintamente. La proximidad con el casco urbano lo convierte prácticamente en un barrio más de la ciudad, pero su relativa lejanía es una ventaja para la instalación de polígonos industriales y fábricas en un ambiente antiguamente dominado por caserías y ganado. De ahí que Constantino Alas, presidente de la asociación de vecinos San Juan Bautista, asegure que «somos un barrio muy particular, porque tenemos tres partes: rural, urbana e industrial. Sólo nosotros y Roces compartimos estos tres aspectos, aunque en el caso de Tremañes los elementos están bastante definidos».
La llegada de las industrias y la proliferación de viviendas residenciales fue consecuencia de un largo proceso de desmantelamiento de las numerosas chabolas que abundaban en la parroquia a finales de los setenta. «Tremañes era un barrio chabolista, con mucha marginación y bastante delincuencia. Era una zona muy deteriorada y a la que no se miraba mucho», rememora el portavoz vecinal. Por está razón, surgió la necesidad de crear una asociación de vecinos «porque la de Evaristo Valle no quería saber nada de los gitanos, ya que se creó expresamente para atender las necesidades del poblado que hay más allá de carretera de Tremañes». No obstante, Constantino Alas aclara que «ahora no hay ningún problema entre ambas asociaciones, ya que ellos atienden la zona de arriba y nosotros, la de abajo».

Precisamente, en esta parte de la parroquia de Tremañes era donde se concentraban las chabolas, el principal quebradero para la asociación San Juan Bautista durante muchos años. «Eran tiempos difíciles, donde los antiguos presidentes vecinales se podían jugar el pellejo. Al final fuimos consiguiendo erradicar el chabolismo poco a poco», comenta Alas.

Una zona en expansión

Para ello, el Ayuntamiento, a iniciativa de la asociación vecinal, emprendió una serie de medidas entre las que destacaban una ciudad promocional y la construcción de casas sociales y pisos de acogida. «Se intentó hacer lo mejor posible para que la convivencia no fuera mala con el objetivo de erradicar el chabolismo pero incorporando a estas personas a la sociedad. Además, la mayor parte de esta gente se fue diseminando por todos los barrios de Gijón», subraya el máximo responsable del colectivo San Juan Bautista.

Constantino Alas reconoce que la erradicación del chabolismo favoreció la llegada de numerosos vecinos al barrio, lo que se tradujo en «una evolución enorme». «Antes Tremañes era un lugar que estaba fuera de sitio. Ahora, en cambio, nos encontramos que cualquier persona viene con toda la tranquilidad del mundo», asegura. Y añade: «Tremañes es un barrio en expansión. En los últimos diez años la población ha crecido por el 'boom' inmobiliario».

Polígonos en la ciudad
El desmantelamiento de las chabolas de Tremañes provocó una liberación de terrenos que fue ocupada por los polígonos industriales de Bankunión I y II y Mora Garay. La llegada de estas infraestructuras no afectó en exceso a los vecinos, ya que en aquel momento «Tremañes estaba algo alejado del casco urbano», una situación que ha cambiado radicalmente con el crecimiento de la ciudad hacia el Sur. «Nos encontramos con que estos polígonos están ahora en pleno casco urbano, muy próximos a las nuevas estaciones de trenes. Si se pudieran poner más al exterior, donde el nuevo polígono de Lloreda, quedaría una zona urbanizada y preciosa para unir y cerrar el casco urbano», proponen los dirigentes vecinales.

Además, con la apertura del paso subterráneo con La Calzada y la adecuación de nuevas zonas verdes, la situación de Tremañes ha mejorado enormemente, hasta tal punto que Constantino Alas reconoce que «somos un barrio que ahora mismo no tenemos grandes problemas, ya que hemos solucionado el aislamiento que teníamos». Aun así, la asociación San Juan Bautista reconoce «un pequeño problema con EMTUSA» en las últimas semanas por el recorte de la línea 14.