Dias de Radio y TV
La cierto es que la televisión nos cambió la vida y con ella hasta podríamos decir que llegó el sufrimiento, mientras no la hubo nuestra vida de infantes titilaba entre los juegos y escuchar la radio.
La radio fue nuestra guía fue la radio con aquellas novelas radiadas por Guillermo Gutierrez Asecas o los capítulos que emitía la Cadena Ser el popular y entrañable programa "Matilde, Perico y Periquin", sainetes interpretados por Pedro Pablo Ayuso , Matilde Conesa y Matilde Vilariño cuyas voces daban vida al travieso a las travesuras de "Periquín".
Y entre esas historias también contábamos con las voces de Juana Ginzo y Guillermo Sautier Casaseca que daban vida a novelas que iban poblando nuestra vida de ilusionados infantes todo ello acompañado por la música del momento Joselito, Marisol, Antonio Molina, también cantamos el “Porompompero” con Manolo Escobar, o nos embelesamos con “Esos ojitos negros” del Dúo Dinámico y veíamos a Karina “buscando en el baúl de los recuerdos”.
Los sesenta son la década de la música y de las series de televisión; de los festivales de San Remo, Benidorm y Eurovisión. De los cantantes italianos, de los franceses y de los anglosajones, aunque lo que `predominaba era las cupletistas y las tonadilleras, y todo ello lo íbamos escuchando con una voz en off , mientras andábamos tirado por la cocina jugando con los fuertes de indios y vaqueros, o lo que quedaba de ellos.
En aquella España del momento empezaban a triunfar los Pekenikes, los Brincos, los, los Bravos, los Cinco latinos, Rosa Morena, , Juan y Junior, Fórmula V, Los Sirex, José Guardiola, Luis Gardey, Raphael y Manzanero , pero aún nos faltaban algunas hornadas para conscientes y disfrutadores de todo ello.
Pero ese mundo fue desplazado por la televisión, yo había visto alguna en Gijón , en la Peña de Caza La Armonía, pero poco, pero cuando llegó la tele al barrio aquello fue el despelote, por un lado la presión por estar en los bares para ver nuestras series, y de cuyos locales pues éramos echados a cajas destempladas, y no era para menos porque podíamos estar horas y horas allí metidos.
En casa no hubo tele hasta que la situación se hizo insoportable, pues todas las noches había la de dios en cristo para que nos dejaran ver la televisión en casa de los vecinos, sobre manera los fines de semana.
Verla en casa de algunos era imposible, en casa de Eloisa la practicanta, aunque éramos íntimos amigos de sus hijos Angel y Eduardo, su abuelo Octavio no le gustaba mucho que hubiera gente por la casa, con lo cual la frecuentábamos más bien poco; con lo cual a los únicos que conocíamos que tuvieran tele en casa, eran nuestros vecino de enfrente Carola y el Parrichu.
Por la tarde del domingo veíamos si nos dejaban en el Bar la Bolera: Viaje al Fondo del Mar, o Bonanza.
Por las noches corríamos a casa de Carola con nuestros pequeños bancos, y allí en primera fila a los pies de nuestros invadidos anfitriones nos pasaban las horas viendo aquellos programa de miedo como: Es usted el Asesino, de los Narcisos Serrador (padre e hijo) o los programas de acción Los Intocables, o El Santo, o el interminable Fugitivo, o Los Vengadores, o concursos de la época.
Hoy todavía me pregunto cómo era posible que Carola y el Parrichu, pudieran aguantar tanta chiquillada en su casa pues éramos además de ellos dos, y de su nieta, éramos mis hermanos Marigel, y Jose Javier, y el que suscribe, los Taboada José Manuel y Maria José que era toda preciosidad de la cual andábamos todos prendados, y al grupo se unía Miguel Angel, el de Vidal y Vida. Toda una troupe que se quedaba hasta que salía el himno nacional y se acaban las emisiones.
Luego hubo TV en casa y fue, la leche, porque irse a la cama era todo un lío, y estar en la cama y oir la como los padres veían la TV era toda una tortura, amen de que los castigos empezaban a ser más psíquicos que físicos, el zapatillazo fue suplido por aquello de hoy no ves la tele.
Qué tiempos aquellos.Para ayudar a Recordar