El Mortero o Morteru siempre fue un lugar de juegos para los de Tremañes, al menos para los que vivíamos en la zona de La Fuente, que siempre fuimos los más inquietos y andariegos, era raro en aquel tiempo cruzarse en los años 63 a los 68 con cuadrillas vagando por la parroquia, salvo los de Lloreda, nuestro caso era un poco especial lo patrullábamos todo y en todas parte metíamos el “cuezu”.
El Mortero nos quedaba algo lejos, y por tanto lo teníamos para disfrutar los fines de semana, aún recuerdo haberme bañado alguna que otra vez en el río que cruzaba las praderías conlindantes, pero la prohibición de acudir a tal lugar vino pronto, pues de no sé qué cueva, mi hermano José Javier, apareció, bendita ignorancia, con un par de granadas de mano a casa y que había encontrado en la zona, que parece que fue zona de conflicto durante la Guerra Civil , a partir de ese momento se acabaron las contemplaciones y los juegos a ese lugar.
Me viene al recuerdo que ya llevábamos un tiempo mal en casa con mi padre, todo eran lios, paliazas, etc, etc, por lo cual, tanto yo como mi hermano Jose Javier y creo que alguno de los de Practicanta, decidimos aprovisionarnos durante una semana de distintas viandas, y una noche nos fuimos de casa por la ventana con la idea de ir a vivir al Mortero, hasta la fuente llegamos pero creo que como a las dos horas, debía ser la medianoche, hubo tal jauría de ruidos que regresamos en un santiamén a la casa, sin que nadie diera cuenta de tal cuestión. Menos mal.
Siempre me llamó la atención el manantial al que íbamos a beber con cierta frecuencia cuando andábamos en la zona pero, siempre me causó cierto miedo el gran boquete por el cual manaban abundantes y cristalinas aguas; recuerdo que hubo un par de años que proliferaron mis visitas dominicales a mis primos los Guerra de del poblado de Santa Bárbara, y con ellos acudíamos más a menudo, eso sí evitando el caleyón lleno de basuras y también de viejas leyendas que ya traje hasta estas páginas.
Con el tiempo supe que en tal ubicación se encontró la diosa Fortuna Balnearia, un emplazamiento de Tremañes, que se ha convertido con el tiempo una reivindicación histórica del poblado de Santa Bárbara, y todo parece indicar que seguirá igual durante mucho tiempo porque el Ayuntamiento no baraja ningún proyecto para recuperarla, a lo cual parece ajena la Asociación de Tremañes,
Hubo un tiempo que el Compañero Carlos Zapico, que ocupó la Concejalía de Medio Ambiente tuvo la idea de hacer algo al respecto de El Mortero, donde se encontró el ara a la Fortuna Balnearia, o sea altar único consagrado en época romana a la diosa de la Salud a través de las aguas, y fue precisamente tal ara y la fuente la imagen con la que la alcaldesa, Paz Fernández Felgueroso, promocionó el balneario, ya abierto cerca de la playa de Poniente, y cuyo título además lleva una interesante colección de libros que edita el Ateneo Obrero de Gijón.
Pero como digo el Concejal Anuncios, como le llamaban algunos, anunció sobre el años 2000 alguna actuación, pero supongo que como el Plan Ciclista para Gijón que hice para tal Concejal, que quedó en la nada y se proponía toda una actuación con respecto a la Via Vrede de la Camocha y un vial ciclista por toda la parroquia…
Pero como digo la Asocicación de Tremañes, siempre permaneció al margen , ha tenido que ser una vez más el presidente de la asociación de vecinos de Santa Bárbara, Mariano Fernández, que explicó a la prensa estos días “que la fuente también tenía un lavadero al que solían ir la gente de Tremañes y Santa Bárbara. Al principio se le dio importancia al conjunto, pero poco a poco quedó en el olvido. La pena es que no se haya recuperado cuando se hizo la senda verde de La Camocha», señaló. El presidente vecinal no tiene muchas esperanzas de que se subsane tal olvido. «Ahora nos dicen que hay restos de unas termas romanas y que no se puede hacer nada sin el permiso del Principado. A mi me parece un camelo porque pasan los años y por ahí no pasa nadie. En todo caso está en muy malas condiciones, y al menos podían limpiar y adecentar la zona».
Así son las cosas.
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