Lo cierto es que tengo bastante olvidado el Blog, pero las diversas ocupaciones me tienen un tanto alejado de l parroquia y de aquellas sensaciones de haber vivido en ellas unos cuántos años.
Pasé por la parroquia la víspera de San Juan , y que diferencia.. cuando era pequeño digamos que toda la zona desde San Juan hasta la Dehesa, se vestía de lujo, se arreglaban las fachadas de las casas, se blanqueaban o se arreglaban los camino, se colgaban banderitas de cada poste de la luz,, y poco a poco iban llegando al prau de la romería los feriantes, a donde íbamos a jugar nada más levantarnos los guajes de la zona, era toda una fiesta, primero porque ya las clases habían concluido y segundo porque esos días se abrían nuestros campos de acción.
Además siempre caían algunas perras, para el tiro de escopeta para los más grandes, los columpios, y alguna que otra chuchería, amen de las guerras de corchos.
Ya en la víspera de San Juan, o mejor dicho la antevíspera el campo de focalización de nuestros encuentros era el prau de la fiesta, había otro muy interesante como era la construcción de la foguera por “la clá del los del Plano” pero digamos que no nos daben como mucho cuartel, apenas si podíamos entrever los muñecotes que luego se quemaben, o sea que nos quedaba lo que sucedía en el prau de la fiesta que era en la cercanías de la Iglesia de San Juan de Tremañes.
El autor con sus progenitores en la el prau de la fiesta
Allí veíamos montar aquellas atracciones que nos parecían imponentes, y que vistas desde la perspectiva de hoy pueden dar risa, los columpios, la noria, las barracas de tiro, y las tómbolas, y como no, la barra del bar de la fiesta, con eso y la música el persona tenía más que suficiente.
La víspera de San Juan ya era un día grande pues esa noche se quemaba la foguera, que durante muchos años se quemo en un sitio distinto al prau de la romería, se quemaba en la zona de la Bolera de Aurorina en El Plano, cerca del Chalet de D. Gregorio, todo hoy, en parte desaparecido
Pero no corramos tanto, porque la víspera por la tarde había juegos para guajes y menos juages, por ejemplo se juagaba un partido de futbol de solteros contra casaos, que era toda una risión , ver por ejemplo a tu padre dando pataes tras el balón.
Luego estaban los juegos propiamente para los chavales que empezaban por la tarde, con carreras de sacos, las piñatas, o las yincanas ciclistas que siempre ganaba el campeón local Pipo Margaride (hijo) que le vamos hacer… pero hacer este tipo de juegos con unas bicicletas que o bien no se llegaba a los pedales, recuerdo alguna de las mías con tacos de madera en los pedales para poder llegar a ellos.
Pero en ese entretiempo lo pasábamos pipa, y si te daban algún premio pues ya era la ostia en verso…
Esa noche veíamos la foguera con los padres y bastante sujetos a ellos. No había muchas alternativas de juego en la zona, salvo cuando después bajábamos a la fiesta que allí era el desmadre, que era correr unos de detrás de otros tirándonos corchos o recibiendo alguna reprimenda por los empujones que proponíamos al personal festero.. Generalmente cuando la cosa subía de tono, pues quejas, y se nos buscaba para encadenarnos a los progenitores durante un tiempo, que parecía una eternidad, pero no era tanto…
Luego estaba el día siguiente que ya trillábamos el prau desde la mañana, en busca de corchos de sidra para la guerra de corchos, y con la primeras perronas o pesetas, o con aquellas inmensas monedas de 2,50, nos hacíamos también con petardos, unos pequeños envoltorio como si fuera un cacahuete, con papel de envolver y un cordelín que amarraba el contenido, y tirando el petardo contra el suelo estallaba, luego estaban otros petardos a modo de finos tubos, que precisaban del uso de cerillas o fósforos, pero eso ya era otro cantar, pues si te pasabas con ellos, los vecinos se chivaban a los padres y candelas, y además en aquellos tiempos el uso de cerillas por críos, pues como que no.
O sea que lo más fácil eran aquellos de tirar, que ha hacían bastante ruido, aunque la parroquia no era petardera, o al menos yo no tengo el recuerdo de ello como tal.
Como decía el día de San Juan, gaiteros y tamborileros con la reina de las fiestas, que ya se habían nombrado en el día anterior, no se cómo y en qué momento, porque de aquella prestaba. poca atención al personal femenino y aquellas cuestiones de damas de honor y reinas, me parecía algo extraño..
Tras ello la misa, tras ponenrnos guapos, no tanto como en Pascua, pero al menos estar “arreglaos” aunque como decía mi tía Rosario “estos coños de guajes” para que andar detrás de ellos.. tenía una buena filosofía y me entusiasmaban los pantalones de peto que me hacia de mahón, que eran para eso para tirarse por cualquier parte.
Tras la misa, pues más correrías por el prau de la fiesta, con cierta precaución pues estábamos “vestidos de gala”
Tras ello la comida en casa, como siempre abundante a base de fabada, callos, y como no las fuente de arroz con leche requemado. Siempre había algún invitado a la fiesta patronal de la parroquia, uno o dos, y eseo era bueno porque siempre caía alguna perra más..
Y ya por la tarde era el desmadre en la romería hasta la noche, yendo a cenar y bajando con los padres ya tras la cena, aquí como la cuestión monetaria ya había eso su déficit, pues subíamos cada poco a por más “perres” pues nos dedicábamos a la sempiterna batalla de corchos, o a recoger chapas para luego reconvertirlas para las carreras de chapas, y también nos íbamos a ver churras, que no eran ovejas , sino las pirulas de los paisanos, a ver quien la tenía más larga, o alguna pareja en su función de jodienda, esto era más complicado verlo, porque la bulla que metíamos era de tal calibre que normalmente salíamos escopetados tras algún que otra pedrada, pero algún chumino terminábamos siempre por ver o por intuir más que nada.
Siempre me acordaré de una pareja, que en plena función, se desprendieron de algunas ropas, y nos lanzamos a la razzia de llevarnos las ropas, no me llevé nada , pero la moza metidita en años se quedó sin bragas, y hete aquí que en un descuido fui el último en darme cuenta de la movida, y nos cruzamos la vista la moza y un servidor, que para ella siempre fuí el que le robe sus bragas, que estuvieron danzando en palo dentro de nuestra Troupe, a modo de bandera, hasta que la madre de alguno nos cruzó la cara a alguno y se llevó el trofeo.
La relación con la citada moza de la parroquia siempre fue algo extraña y de atracción, hasta que un día se aclaró todo, pero pasaron años…
Así era o la recuerdo o vivía la Fiesta de San Juan de Tremañes
Ahora el pequeño relato de las fiestas a día de hoy
!Pilar Córdoba, miembro de la organización de las fiestas de Tremañes.
La intensa jornada festiva en honor de San Juan comenzó a las 11.30 horas en el campo de fútbol de El Mortero, con un partido «entre amigos», como le gusta denominar a Córdoba el encuentro deportivo entre vecinos. Los juegos infantiles fueron los protagonistas durante la tarde, seguido de una chocolatada para los niños y una gran sardinada en el local de la asociación.
También se realizó a la entrega de trofeos de las distintas actividades que se organizan en el centro durante el año y la voz de José Antonio puso el broche de oro a última hora de la tarde con la celebración de un gran baile.
Chusi
No hay comentarios:
Publicar un comentario