La bolera Reculta se inauguró en el año 1942 en la finca del Bar Casa Reculta de Tremañes. Veintiún años más tarde se creó la Federación Asturiana de Bolos, momento en el que ya se registró de forma oficial esta peña. En la actualidad disponen de unas buenas instalaciones con dos boleras, una de ellas cubierta en su totalidad, sección de llave y rana y un gran espacio de recreo. Matías González, presidente de la peña bolística Reculta desde hace nueve años, compagina su trabajo en la enseñanza con su afición por los bolos.
-¿Cómo surge su pasión por este deporte?
-Cuando se trasladó la bolera Reculta a Pachín de Melás, la entonces directiva, con el fin de promocionar los bolos, enviaba circulares a los centros educativos para ofertarles la actividad extraescolar de los bolos. Cogí a un grupo de chavales y me acerqué a la bolera. Fue mi primer contacto con la cuatreada. Allí nos dieron las primeras enseñanzas y nos enrollaron de tal manera que acudíamos casi a diario. Ahora, si no voy todos los días me falta algo.
-¿Qué actividades hacen en la bolera?
-La primera regla es la convivencia, el disfrute del tiempo libre. Unos comentan las partidas, las noticias, los achaques, los espacios culturales y recreativos de Asturias con el sonido de fondo de los bolos.
Pero la actividad base es el juego de los bolos, que se practica todos los días del año.
-¿Cómo acercan los bolos a los aficionados?
-Una de las formas de más éxito es el trofeo 15 metros. Es un torneo que se acorta la distancia de lanzamiento de 20 a 15 metros. Pueden participar todos y comprobar la dificultad de poner cada bola en su sitio para derribar los bolos. No hay límite de edad. De hecho todos los años juega Germán, que actualmente tiene 84 años.
-¿Qué es lo más gratificante de su trabajo en la bolera?
-Tenerla abierta todos los días. Es un trabajo que hacemos de forma desinteresada entre muchos aficionados. Echamos muchas horas, pero tiene la compensación y la satisfacción de encontrar buenas relaciones, compañerismo y convivencia. Cuando los resultados deportivos acompañan, la euforia es total.
-¿Cómo surge su pasión por este deporte?
-Cuando se trasladó la bolera Reculta a Pachín de Melás, la entonces directiva, con el fin de promocionar los bolos, enviaba circulares a los centros educativos para ofertarles la actividad extraescolar de los bolos. Cogí a un grupo de chavales y me acerqué a la bolera. Fue mi primer contacto con la cuatreada. Allí nos dieron las primeras enseñanzas y nos enrollaron de tal manera que acudíamos casi a diario. Ahora, si no voy todos los días me falta algo.
-¿Qué actividades hacen en la bolera?
-La primera regla es la convivencia, el disfrute del tiempo libre. Unos comentan las partidas, las noticias, los achaques, los espacios culturales y recreativos de Asturias con el sonido de fondo de los bolos.
Pero la actividad base es el juego de los bolos, que se practica todos los días del año.
-¿Cómo acercan los bolos a los aficionados?
-Una de las formas de más éxito es el trofeo 15 metros. Es un torneo que se acorta la distancia de lanzamiento de 20 a 15 metros. Pueden participar todos y comprobar la dificultad de poner cada bola en su sitio para derribar los bolos. No hay límite de edad. De hecho todos los años juega Germán, que actualmente tiene 84 años.
-¿Qué es lo más gratificante de su trabajo en la bolera?
-Tenerla abierta todos los días. Es un trabajo que hacemos de forma desinteresada entre muchos aficionados. Echamos muchas horas, pero tiene la compensación y la satisfacción de encontrar buenas relaciones, compañerismo y convivencia. Cuando los resultados deportivos acompañan, la euforia es total.
No hay comentarios:
Publicar un comentario