martes, 17 de enero de 2012

De Aprendiz en la Fabrica Laviada.



En Gijón había dos emporios vidrieros, una era la Bohemia, situada en lo que ahora es el Hotel Ciudad de Gijón, inmediaciones de la nueva estación FEVE/REMFE de San Crespo , y que daba o lindaba con la autopista en su entrada en Gijón, y  en la cual trabajaban muchos de mis conocidos y amigos como Taboada, Fleitas t alguno más..

Pese a intentar entrar en la Bohemia no me fue posible, aunque parecía que en esta empresa la mobilidad era muy alta… por tanto por casualidades de la vida, pues entré en otra fabrica con unos 16 años  en Laviada en sus sección de vidrio. Esta era un fabrica que ocupaba sus buenas manzanas, pues n o en vano iba de  la calle Magnus Blikstad a la Avenida de Portugal y desde la calle  Infiesto   a lo que ahora es la calle Carlos Marx.

Era una fabrica de vidrio corriente soplado a boca, fabricación de baterías esmaltadas y productor refractarios, cuyo emporio con muchas deudas y déficits cerró su puertas en la década de los años 80. Fue fundada en 1857, y obtuvo unas diez medallas de oro en Exposiciones nacionales e internacionales, aunque su primer nombre será La Begoñesa que fue fundada por el holandés Julio Kessler, que había venido con aquellos primeros técnicos vidrieros que conformaron la industrial locera y vidriera asturiana y también parte de las logias masónicas de 1850, al morir Kessler que estaba asociado con  Juan Díaz-Laviada la empresa pasa a denominarse Laviada y Compañía, luego en 1950 se fusionó con la factoría de vidrios la Industria, dando lugar al nombre de Industria y Laviada que cerrará después de haber tenido unos 650 obreros en 1929  cerrando en 1982-3 con unas pérdidas de 367 millones.

En esa empresa entré a trabajar con unos 16 años en la categoría de “corredor de vidrio” en la sección de vidrio soplado, o sea donde se fabricaban copas y demás…


La fabrica era todo un enjambre de aprendices que con sus largos “tenedores” llevábamos desde el Maestro vidriero hasta el horno del temple las copas y algunas figuras de encargo. Todos nos amontonábamos alrededor del horno que se preparaba  durante la moche, a la mañana, entrabamos a las 6 de la mañana se establecía el cuadro de actores, como dice la foto unos encargados de sacar el vidrio, otros de soplar dentro del molde el vidrio, y finalmente el Maestro en su banco de ir colocando a la copa su talle y pie, o a las jarras sus asas.

Era increíble después de venir de otro trabajo más individualizado, estar aquí en medio de tanta gente, tan variopinta , en general me llamaba la tención un par de cosas, por un lado los grandes mofletes del personal, dado a esto del soplar, pues a través de largas cañas de hierro hueco terminadas en una especie de bola en forma de pera, con ellas se cogía el vidrio candente que luego era soplado, y ello hacía que esto sopladores tuvieran como los sapos unos grandes bolsas por mofletes, cuando hice ver la comparación, ello ya me trajo la primera discordia con un un grupo, pues pronto fui cambiado a otro grupo de trabajo, pues mi ligazón simbólica a mi primer maestre vidriero  no le gustó nada.

La otra observación era la gran cantidad de vino que se bebía entre el componente obrero… y que por alguna razón también combatían por un tema de pulmones bebiendo gran cantidad de leche, la mezcla de todo ello unos bebiendo vino y otros trasegando leche, era algo que me dejaba perplejo

Cuando  pasé al segundo grupo, en general  dedicado a temas más bien a construcciones artesanales y encargos, puedo decir que el laboreo era más relajado, y eso permitía que el personal fuera  más parlanchín, entre las conversaciones estaban aquellas especies de leyendas  de que cada año se hacía una colada de vidrio con un kilo de oro en polvo para armar la vajilla anual para la Casa de Don Francisco Franco y las “Collares”. No sé sí era cierto, pero puedo jurar que  había  un cierto tráfico por hacerse con alguna de aquellas copas tan preciadas como perseguidas. Yo creo que le hice llegar una a mi madre.

La organización laboral de este tipo de horno, en el cual los aprendices o corredores, parábamos más bien poco, menos los que estábamos en el gremio artesanal, que contemplábamos las destrezas de nuestro maestro, sorprendidos de como se podía cortar el vidrio,  o doblar o sostener de forma horizontal en el banco con solo hacer rodar la caña.

Alguna vez que los levantadores nos dejaban sacar el vidrio, o el Maestro nos dejaba rodar la caña veíamos como aquello se nos iba al traste. Era un trabajo cansado todo el día de arriba a abajo llevando copas al temple, en medio de un calor que en invierno nos venía bien, pero que en verano era una pesadilla con aquel inmenso calor…

La comida que llevábamos de casa en una fiambrera era calentada por quien yo creo recordar  que se llamaba Marcelino,  todavía n o hace mucho andaba atravesado por Gijón, con su mono azul de trabajo, su boina, los labios pintados de rojo, yo creo que con mercromina, ahora me entero de que le llamaban el “Mercrominu”, la verdad es que yo le ví jubilado de la Industria y Laviada , y poco a le fui viendo cada vez más entafarrado hasta presentar este aspecto, supongo que a estas alturas ya habrá muerto.


Era un trabajador de Industria y Laviada, retirado de los tajos al que se le encomendaba las tareas de barrer los vestuarios, atender las comidas y labores sin peligro para él, era cierto que en aquellos años no presentaba ese aspecto tan delgado, era más bien ancho y de carnes flojas, y con  abundante pistolón que nos enseñaba a cada rato…, a la que podía nos magreaba las cacha, y sus ocasiones  de oro eran cuando nos enseñaba las fotos pornográficas que tenía, lo cierto es que no sé de donde las sacaba , pero eran increíbles, o al memos a mi me lo parecían.

Por un ratu de contemplación pues ya sabías te dejabas sobar, porque aquello era toda una primicia, decían que si se las traían de fuera en barco, o que andaba todo el día de putas y maricones.. El caso es que nunca fue peligroso ni ofensivo más allá de sus tejemanejes.
con el pasamos algunos buenos ratos haciéndole de rabiar, pues allí s ele tenía por ”marica” , o sea un homosexual, del cual nada tengo que decir, salvo de sus magreos, en la duchas que eran el hazmerreír de todos, por lo inocente de sus juegos y tejemanejes… Siempre me ha dado pena verle en estas circunstancias, y más cuando se decía que tenía perres a montones… 

Así era nuestra perra vida de aprendices de vidriero, sin saber más allá de los procesos de fabricación que ver levantar el vidrio, ver como se soplaba y se hacían mil maravillas, no conocíamos nada del otro lado, del taller de talla y grabación, etc, y menos aún de las otras secciones de la empresa.

La labores más pesadas tal vez era el tema de limpiar y espolvorear los moldes, y lijar y lijar las cañas de hierro, que para los Maestros nunca estaban suficientemente brillantes.. o sea que lija sobre lija. Que sería de todo aquel material: moldes, colecciones de cañas, de cristalerías…

Al  final una huelga acabo con muchos de nosotros en la calle, tampoco había nominas, nada más que un sobre un poco más abultado que en Deli, pero eso sí a las tres de la tarde en casa.

Chusi el Moliñeru, fiu de Lola y el Chan

martes, 3 de enero de 2012

Repartiendo en bici a Diestro y Siniestro


En aquellos tiempos, cuando uno  pasaba de estudiar , pues ya se sabía a los 14 años se buscaba  trabajo, y así fue como con unos 14 años gracias a la intervención de Javier Bericua, un vecino de Tremañes, que además trabajaba de repartidor en la Ferretería San José, pues me planteó que por su intermediación podría entrar en la Droguería Dely, sita en la Plaza del Carmen, esquina con  la calle Felipe Menéndez  y frente por frente de la oficina principal de la Cajastur.

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En esta remozado edificio, en la planta baja estaba la Perfumería.

Y allí me presenté por esta mediación ante tan vetusta Droguería-Perfumería, al punto de presentarme ante la dueña Doña Consuelo, esta me pasó a un pequeño cuartucho a modo de despacho en el que trabajaba su padre, un señor muy serio de avanzada edad, de carnes muy blancas y muy buenas maneras, siempre de traje y sombrero. Con él creo que crucé tres cortas conversaciones y poco más.

Era muy curioso porque entraba a media mañana a su oficinuca, de la que no salía sino para comer, y por la tarde acudía también avanzada la tarde , y esa era toda su vida. Me presenté ante él y debió pedirme las razones de la petición del empleo, y algunas informaciones complementarias y poco más, pues apenas sí recuerdo la conversación, lo que son las cosas si hoy tuviera que hacer un retrato robot este sería el de su semejanza con D. José Maldonado, el tinetense  ultimo presidente de la Republica en el Exilio, esa sería la idea que me ha quedado de Don Alfredo, que así se llamaba, y el cual estaba emparentado con los dueños de la Ferretería San José (relacionados a su vez con José Maldonado) y también con el que fuera secretario de del Ayuntamiento de Gijón D. Alfredo Villa González.

Aunque se me han ido, sí es que alguna vez los puede saber sus apellidos y grados de parentesco, me suenan los Viñuela, Villa y poco más…

En la Droguería Perfumería trabajaban en aquellos años, dos dependientas: María Luisa y Carmen que luego con el tiempo pondría otra perfumería en la Calle Covadonga, luego estaba Doña Consuelo, la hija de Don Alredo, una mujer seca, de irregular carácter, de la cual se decía que se le había muerto el marido en plena noche de bodas. No sé lo que habría de todo eso aunque, a veces su carácter parecía responder a ese posible trauma, si es que fue así…  En todo caso a mi me trató bastante bien.

Luego estaban los aprendices, o pinches, uno al que yo sustituiría, bastante mayorcete ya con casi unos 19 años, el cual ya no tenía futuro en la Perfumería, ya que se negaba la posibilidad de pasar a los hombres a los trabajos de mostrador, y ahí se acababa la nómina de trabajadores

Deli o Dely, era una Droguería Perfumería que competía en la cuota del mercado burgués de  Gijón con otros locales similares como  la Perfumería Isacc (Corrida)   con la Asturiana de la calle Munuza;

Como tal Droguería –Perfumería, pues abastecía a las familias nobles gijonesas: los Cueto Granda, los Felgueroso, los Lantero, los Suardíaz….  etc…. en la mayoría de los casos  se les servía amén de los pequeños servicios, de perfumes y demás , pues el clásico pedido mensual para las labores de la casa: jabón para las vajillas, jabones detergentes, papel higiénico El Elefante, escobas, etc…

NI que decir que en aquellas kalendas 1968-1969 a uno no le hacían contrato alguno, le daban el sueldo mensual en un sobrecito, no recuerdo lo que podía cobrar en aquellos tiempos , pero era poco, por lo que venía muy bien las propinas por llevar las cosas a casa, en general estas ricas familias gijonesas, eran bastante tacañas, y era lo mismo que fueras a repartir a la aledaña calle de Marques de San Esteban donde residían la mayor parte de estas nobles familias, o  que al mismo Somió.

Las propinas venían de la mano del otro sector al que atendía la Droguería, los productor de peluquería femenina a base de productos Loreal, que debía tener en exclusiva… las otras Droguerías tenían otras casas. Y claro cada mes había que hacer llegar los grandes pedidos de lacas, tintes.. etc…y este otro campo de clientela abarcaba todo Gijón y barrios.

Eran tiempos donde los pinches y repartidores, carecíamos de contratos,  de períodos vacacionales, de otros tipos de seguridad, y esos que trabajábamos con grandes garrafas de acido sulfúrico, glicerinas, aceites de linaza, masillas… aquellos viejos almacenes de la calle Ribadesella eran un auténtico arsenal. Frente a todo ese peligro, lo único que teníamos era nuestra bata gris, que yo creo que comprábamos nosotros, creo… no podría asegurarlo…. y una capa para el invierno para poder llevar los recados en la bicicleta.

En este sentido teníamos dos tipos de transporte para llevar los recados, los pedidos más pequeños se llevaban  en una resistente bicicleta de reparto, de color naranja, con fuertes portabultos traseros y delanteros como la que se aporta  en el anuncio de Beistegui Hermanos, o sea BH, había un par de ellas para los dos repartidores que éramos.


Con ella recorríamos todo Gijón, como rayos y centellas, y lo raro es que no tuviéramos un accidente digno de mención.

Y luego para los repartos mensuales, o los más grandes teníamos este tipo de remolque , que se puede ver al pie de este texto, y que era bastante malo de conducir, sobre manera  dados los pesos que metíamos para poder repartir todo el producto de una tacada.



Las jornadas eran de 9 a 13 horas y de 15 a  19 horas, aunque cuando no había recados, lo que hacíamos era recolocar los almacenes, aunque la parte alta del almacén, los productos de perfumería nos estaba más o menos vedado al igual que el mostrador, donde solo solíamos a despachar en las épocas como Navidad, y evidentemente productos “agrestes” masillas, desinfectantes, aceites, polvos varios como el azufre. etc…

O sea que estábamos expuestos a todo, y la perfumería era nuestra escuela, allí aprendimos a espiar a las dependientas, una de ellas se gastaba un buen felpudo, arreglado y “guapu” de labios carnosos que se lo miraba de vez en cuando…, yo creo que ella  sabía que la expiábamos  y le gustaba…. Siempre fue una mujer de bandera…

También nosotros como jóvenes adolescentes estábamos expuestos a esas cosas del sexo, en alguna ocasión alguna  madura clienta, pues me recibí en medio deshabillé  y me provocaba  con algún que otro casual roce o caricia…. buena propina, y uno de iba asustado y pensando en lo que podía haber hecho … casi nada, pues nuestra imaginación y escuela  llegaba más bien a escasos haceres y conocimientos. Estamos hablando  de los años 70.

Los ataques sexuales, no eran frecuentes, pero los chicos de reparto en ocasiones éramos sometidos a tocamientos, así  como que no quiere la cosa.., aún tengo en el recuerdo   un piso de la noble calle de Marqués de San Esteban al que fui  a llevar un recado, tras picar un señor  me hizo pasar a la casa  y como estaba `pingando de la lluvia torrencial el  señor marido con la excusa de que estaba muy mojado y para secarme pues me condujo a la zona de servicio y tras los maniobras de secado   pues se empeñó en dejarme en paños menores… pues aprovechó para el consiguiente  tocamiento y rápido chupeteo de mi sexo mientras se  toqueteaba el suyo, tras ello el  viejo verde de rancio abolengo, me amenazaba con que sería despedido si decía algo…me llevó  luego ya vestido hasta la vetusta dueña para hacerle entrega del regalo,y tras  dejarme una más que buena propina e invitarme a visitarle, seguía con sus suaves amenazas… tras aquello evité ir a su casa  y se lo endiñaba al compañero un tal Federico…

Por lo demás era una vida que se podía decir que en buena parte se hacia al aire libre, dando pedales y disfrutando de los entornos gijoneses, sabiendo sus grandezas y miserias, cosa que se sabía  más bien cuando empezaban las temporadas de cobros, a veces te iban dando cantidades a cuenta, etc…  y te hablaban  y hablaban, y trataban de seducirte para que fueras menos insufrible a la  de presentar las excusas ante los jefes por no poder cobrar las facturas, como si uno tuviera posibilidad de hacer algo al respecto.. Con el tiempo ibas sabiendo moverte por estas junglas del debe y de haber.

En el trabajo debí durar unos dos años, porque como dije al principio, allí no había futuro para los hombres, y aunque siempre me gustó trabajar con perfumes y colonias, recuerdo con alegría cuando con Doña Consuelo ambos  nos dedicábamos a rellenar las grandes frascas de colonia a granel que además eran todo un espectáculo allí en medio de la tienda, torres de frascas con sus grifos y llenas de distintas esencias… Me hubiera gustado trabajar de perfumista… pero allí era imposible, y ese es un oficio extraño y raro.

Pero como digo, el futuro y la paga eran escasas, y al cabo del año pues el trabajo se compaginaba con la moratoria en regresar a la base, a la Droguería, digamos que  nos perdíamos entre  encargo y encargo en nuestros sitios favoritos, yo  por los garajes de bicicletas: Amieva, Cyclos Pin, Pinzales, de tertulia y oyendo al Tarangu y a Fuente…. y  mi compañero tenía otras aficiones más bien era aficionado a  los futbolines y billares… eso sí toda esa demora conllevaba  las consiguientes riñas de Doña Consuelo por emplear tanto tiempo en recorridos en los que se debía emplear menor tiempo… y así fue como desde aquí me fui a una de las empresas más significativas de la ciudad la fabrica de vidrio La Industria y Laviada.

Pero eso es ya otra historia

Chusi, el Moliñeru, fíu de Lola la del Chan

viernes, 23 de diciembre de 2011

FELIZ AÑO 2012



Varios "Moliñeros " os deseamos 

domingo, 18 de diciembre de 2011

Escenario fantasma

18.12.11 - 02:41 - NACHO CIUDAD |
En el desierto de Almería, un puñado de construcciones que emulan el Salvaje Oeste han sobrevivido al tiempo y al abandono de la industria del cine, mantenidas por varias empresas que montan espectáculos que recrean de forma fidedigna las peores películas del Spaghetti Western. Era eso, o dejar que se vinieran abajo. Desconozco si en los polígonos industriales de Gijón habrá que hacer en el futuro escenificaciones de cómo trabajaban los esforzados operarios pero, si nadie lo remedia, habrá que elegir entre ese uso o resignarse a que los amigos de lo ajeno los desmonten (más aún) por la noche, en cómodos plazos.

 Va tan mal la cosa que ni siquiera se fundan discotecas poligoneras de las de garrafa, hora feliz y espectáculos subidos de tono para captar las ganancias de los empleados de la zona.
Bromas aparte, no se entiende que una ciudad como Gijón esté dando la espalda al tejido industrial y más, cuando en Roces y Porceyo se ubican, sobre todo, pequeñas y medianas empresas, que son las que mantienen a flote la Economía, con mayúsculas, y sirven de contrapeso a bancos, agencias de calificación y otros ladrones por el estilo. 

Tampoco se entiende que se esté creando más suelo industrial (Tremañes, por ejemplo) mientras se deja que el que existe actualmente se marchite poco a poco. Me imagino que en este país, en general, seguimos teniendo el vicio de construir y construir sin reparar en que no vamos a ningún sitio si no mantenemos lo que ya hay.

Las cifras de ocupación, tráfico y empleo del conglomerado de Roces y Porceyo muestran una tendencia desoladora. Aún se está a tiempo de hacer algo, aunque estas medidas de apoyo, para los políticos, resultan poco apetecibles porque no lucen tanto ante la falta de vecindario que aplauda. Pero hay que hacerlas.

martes, 29 de noviembre de 2011

UN POLEMICO TUNEL EN TREMAÑES

Un túnel que elude las indemnizaciones

Una sidrería que reclamaba 30.000 euros por la caída de ventas durante la obra de comunicación entre Tremañes y La Calzada queda sin derecho a ser resarcida

Inauguracin del paso subterrneo entre La Calzada y Tremaes, en marzo de 2010.
Inauguración del paso subterráneo entre La Calzada y Tremañes, en marzo de 2010. juan plaza
R. G. / A. R.
Reclamaban casi 30.000 euros en concepto de caída de ventas durante los meses que duró la larga obra de construcción de un túnel, y se han quedado sin derecho a ser resarcidos. El Consejo Consultivo del Principado de Asturias, el órgano superior de consulta de la región, dictaminó hace un mes que los propietarios de una sidrería de la avenida de las Industrias, en La Calzada, deben asumir, sin compensación alguna por parte del Ayuntamiento, las pérdidas económicas que generó en el negocio la compleja obra de construcción del túnel de comunicación entre los barrios de La Calzada y Tremañes.

Esa obra, que arrancó en junio de 2008 y se inauguró en marzo de 2010, con sucesivos retrasos pese a las previsiones que se hicieron públicas inicialmente, generó importantes perjuicios económicos en un negocio muy próximo a las obras, que quedó «prácticamente incomunicado del resto del barrio» durante más de seis meses, por la valla perimetral que se instaló en la calle y que dejó un paso muy angosto para los peatones, lo que condicionó notablemente la entrada de clientela a la sidrería.

Por ese motivo, los reponsables del negocio presentaron una reclamación de responsabilidad patrimonial con el Ayuntamiento de Gijón como administración inculpada. Con las certificaciones de ingresos de los meses en los que la obra les afectó más duramente, de septiembre de 2009 a marzo de 2010, y las mismas certificaciones de los mismos meses del año anterior, el 2008, los propietarios del negocio de hostelería tasaron la merma económica en algo más de 29.700 euros.

También aportaron testigos, uno de los cuales confirmó ante los miembros del Consejo Consultivo que el acceso de peatones por la zona de la sidrería había estado «mucho tiempo casi intransitable», y que aunque el paso de la acera no se cortó (sí se interrumpió en la zona el paso de vehículos), «no cabía ni el carricoche de su hija».
Pese a todas las pruebas aportadas por los propietarios del negocio, desde el Consejo Consultivo se valoró que para considerar una responsabilidad patrimonial lo primero que debe ocurrir es que se determine que la lesión en los intereses del particular «es consecuencia del funcionamiento de los servicios públicos». Algo que el órgano consultivo asturiano entiende que no ocurrió ya que lo que hubo fue «un daño colateral a la ejecución de una obra pública, y a las vicisitudes que encierra su complejidad».

En la decisión del Consejo pesó la confirmación municipal de que las demoras y prórrogas en el plazo de ejecución de la obra, sobre lo inicialmente previsto, entraron dentro de lo que contempla la ley. Todo lo cual llevó a determinar que «las restricciones al tránsito que perjudicaron a la actividad de la sidrería encajan en la complejidad e incomodidad de acceso no resarcible, y vienen cabalmente impuestas por la propia envergadura de la obra acometida y su ejecución en plenas condiciones de seguridad para operarios y viandantes». Los propietarios del negocio dan la batalla por perdida y no recurrirán a los tribunales para no seguir perdiendo dinero con una obra que, al menos, ya acabó.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Ramón Bernardo Entrialgo, un tremañense en el futbol

«La Braña subsistió gracias a Ramón, que sacó adelante al club en tiempos difíciles»
El fútbol se vistió de luto tras conocerse ayer el fallecimiento de Ramón Bernardo Entrialgo. Quien fuera presidente del Club Deportivo La Braña durante un cuarto de siglo, en tres mandatos diferentes, falleció vencido por una larga enfermedad. Y con él se fue una parte clave de la historia del fútbol gijonés y asturiano. No en vano, Ramón Bernardo lo fue todo para el Club Deportivo La Braña. Dedicó buena parte de su vida a pelear por sacar a la entidad adelante y bajo su mandato se llevaron a cabo algunas de las iniciativas que hacen que este club sea a día de hoy una cantera de futbolistas.

Ramón Bernardo tomaba las riendas de La Braña por primera vez en la campaña 1958-1959, para regresar al cargo de presidente entre 1962-1963. Después, en el año 1967 volvió a ponerse al frente de la entidad gijonesa, puesto que ocupó hasta 1985.

Socio número uno de La Braña -su mujer, Argentina García González, tiene el número 2- se volcó en un club al que dedicó su vida. Tras abandonar la presidencia de la entidad, mantuvo su vinculación con La Braña con la misma intensidad. De hecho, el pasado lunes por la tarde recibía en su domicilio en Gijón la lotería del club, puesto que iba a colaborar en su venta.
 Presidente de honor de La Braña, un detalle da buena muestra de su carácter: nunca permitió que no se le dejara de cobra la cuota de socio, a pesar de que por esa distinción hubiera podido quedar exento. Y es que la honradez, el buen hacer y el amor por su club son algunos de los rasgos que destacan quienes tuvieron ocasión de conocerle y compartir su pasión por el fútbol. Esa intensa dedicación y honrada gestión llevó a la Federación Asturiana de Fútbol a concederle en 1984 la medalla de plata al mérito deportivo, distinción que se une a la insignia de oro y brillantes que le otorgó La Braña.

Bajo su mandato se creó la escuela de fútbol de La Braña, de donde han salido numerosos deportistas, como Luis Enrique (Sporting, Real Madrid y Barça), Abelardo (Sporting y Barcelona), Fredi (Sporting, Extremadura, Osasuna, Lérida y Sevilla), Álex (Sporting y Logroñés) y Luis García, ahora en el Zaragoza.

También fue pieza clave a la hora de desarrollar el complejo deportivo de La Peral, donde se sigue jugando desde 1975. «La Braña subsistió gracias a Ramón, que sacó adelante al club en unos tiempos difíciles», recordaba ayer uno de sus amigos y colaboradores en la entidad, el expolítico Manuel García Santoveña.

Extrovertido, discreto, honrado... Quienes trataron con él no escatiman elogios. Su fallecimiento deja un hueco difícil de llenar en el fútbol base. «Vivía por y para La Braña», destacaba Santoveña, quien fuera directivo de esta entidad deportiva gijonesa y compartieran una misma filosofía respecto al deporte: «Buscábamos más la formación como personas, que los futbolistas fueran personas. Les inculcábamos el valor del compañerismo».

El funeral, esta tarde
Ramón Bernardo Entrialgo deja mujer y dos hijos, Ramón y María. Su funeral se oficiará esta tarde, a las cinco, en la iglesia parroquial de San Juan Bautista, en Tremañes. Después, recibirá cristiana sepultura en el cementerio de Tremañes. La capilla ardiente quedó instalada en el Tanatorio Gijón-Cabueñes, en la sala 10.
Esta jornada de Liga La Braña le rendirá tributo guardando un min
uto de silencio en todos sus partidos. Y previsiblemente los jugadores lucirán brazaletes negros. Más adelante, explicó el presidente en funciones del club, Jesús González, organizarán un acto de homenaje, que se unirá al que recordará a Humber, el joven de 16 años que falleció atropellado en la avenida Príncipe de Asturias y que jugaba en La Braña.

 

Ramón, el presidente

16.11.11 - 02:38 - NECROLÓGICA | MANUEL ROSETY
El fútbol que las televisiones agobian con sus estrambóticos horarios, tiene una parte poco visible, pero demasiado importante. Me refiero a los dirigentes del llamado fútbol modesto, los que dedican horas, esfuerzos y dinero por amor a un fútbol cuyas alegrías difícilmente recompensan en un grado justo.

El ejemplo es el recordado Ramón Bernardo Entrialgo, Ramón, el de La Braña, que es como se le conoce en el mundo del fútbol. Tuve el gusto de conocerlo en mi edad juvenil, con el fútbol como pasión y pasatiempo, allá por los años 60, cuando el equipo de Tremañes no tenía campo y se veía en la necesidad de alquilar La Boroñada, que era propiedad de Marino, el del Inter. Para la ropa no había lavadoras industriales y para ducharse después de los entrenamientos no existía aún agua caliente. Tampoco había patrocinadores para desahogar los gastos de las indumentarias y aún no se estilaba la venta de lotería de Navidad, al menos como se hace ahora, con un volumen que permite unos buenos ingresos, que se multiplican si toca una pequeña pedrea, que muchos de los apostantes se olvidan o renuncian a cobrar.

Allí, en La Braña, estaba Ramón para solucionar todos los problemas, para mimar al futbolista, con la colaboración del también bien recordado César. Para los entrenamientos, dos a la semana en aquella época, las botas estaban siempre puntualmente disponibles y la ropa de trabajo cuidadosamente colocada. No faltaba detalle. Recuerdo que el contrato con el Inter concluyó y fue preciso buscar campo. Hubo una época en que el equipo nacido en Tremañes tuvo que pasar a Roces, al viejo Covadonga, por falta de instalaciones en la zona. Y para concluir la temporada, no faltaba la cena de despedida para la plantilla en casa Reculta, cuando ocupaba el cruce de Tremañes.

La Braña era un club emblemático, de los de solera en Asturias. De allí habían salido Neira, García Cuervo y Mamel al Sporting y Viti, al Oviedo. El equipos se codeaba con los mejores de Asturias, con la Juventud Asturiana de los Amarildo y Ventanova, el Cruz Blanca de Lavandera o el Alcázar de Prieto y Tensi, además de hacer frente a los aparentemente más fuertes Sporting y Oviedo. Los demás eran más ocasionales, incluido el Bosco de Quini y Susi Castro, que se difuminó tras la marcha de sus dos fenómenos.

De ese rango y solera que tenía La Braña, la mayor parte del mérito era de Ramón, de la dedicación que daba al club, con un mimo especial en todos los detalles, empezando por el entrenador. En mi época estaba Horacio Peña, suegro del Miluca Alonso, un técnico ejemplar, al que sucedieron Manolo Menéndez y José Fernández 'el negrillo', entusiastas del fútbol y de su enseñanza.

La imagen de La Braña estaba marcada por la seriedad y deportividad que transmitía Ramón, un ejemplo de buen dirigente y mejor persona, que con sus señas de identidad marcó la historia de un club en el que Ramón siempre será recordado como el presidente

sábado, 8 de octubre de 2011

Preocupaciones de un vecino, y consideraciones al respecto


Hola Victor (Chusi):

Soy  un vecino de los pisos nuevos junto al apeadero de FEVE  y te escribo en éste, vuestro foro para poner en conocimiento de todos lo que se nos viene encima, que no me deja dormir desde hace dos noches que me enteré.

El tema es que según varias noticias aparecidas en la prensa regional, parece ser que practicamente debe estar aprobada la construccion de una "mini carcel" a unos 300 metros de nuestras viviendas, donde los internos solo acudirian allí para dormir, ya que estan en tercer grado, que es el paso previo a la libertad.

Habrá como siempre internos que no den problemas y sean hasta buenas personas, pero tambien estarán los que son unos verdaderos H.P. profesionales, yonkis, degenerados, etc, a parte de todo lo que se mueva con ellos cuando los acompañen a la puerta del "hotel" para pernoctar.
Además de utilizar las mismas líneas de bús, algunos vendarán en FEVE y pasarán por delante de nuestros portales, o simplemente harán tiempo por la zona esperando la hora de fichar en el hotel.

Segun estas informaciones estará situado frente a la glorieta con semáforos de Ideas en Metal, por lo que lo tenemos a 200 - 300 m.

Mi intención no es crear malestar entre los vecinos, sino todo lo contrario, convendría, mejor dicho, nos conviene a todos estar unidos y hacer fuerza y todo el ruido posible para tratar de evitar que lo ubiquen en nuestro barrio, que ya empezaba a tener otro aspecto, ya que de lo contrario no pinta nada bien para los que habitamos en él.

un saludo y os pongo unos links con algunas de las noticias aparecidas al final de septiembre.- (si no funcionan copiar y pegar en el navegador)



CONTESTACION DEL EDITOR DEL BLOG: Victor GUERRA (alias CHUSI)
 
Estimado Vecino. Decirle que pese a que publico sus poste que a enviado en forma de comnetario y en email , no estoy de cauerdo con algunas de sus calificaciones de HP. , degenerados, etc... creo que quien entra en programas de Recuperacion e Inserción deben tener otro  respeto y consideración, salvo que sus actuaciones digan lo contrario.
 
Por otra parte creo que todos "Esos degenerados " que usted dice que habrá no harán las gamberradas que ustede les  adjudica a la puerta de la "Trena" para que les suspendan sus prerrogativas. por tantoi creo que sus pereocupaciones son hasta cierto modo infundadas. No tiene nada más que ver que la ubicación del Albergue de Covadonga  en Gijón, donde según sus consideraciones de clasificación social  va a dormir  " la escoria de la sociedad", pues no se nota que haya una especial data de conflictos sociales o criminales, al menos no más que en otros barrios.
 
Por tanto le llamo a la calma, está pro ver que `pondrá, en la zona, se verá que sistemas de control se establecen, y que mecanismos de colaboración se va a establecer con las Asociaciones, etc.
 
Y no se preocupe, no sé de que barrio o pueblo viene usted, pero le aseguro que la genet de Tremañes sabe comportarse y hatratado con guante blanco y paciencia  y mano izquierda estas situaciones, no en vano durante años en nuestra parroquia han vidivido y residenciado, emigrantes, gitabos , portugueses, han viajado  en los autobuses, y nadie de ha muerto o ha montado el escadandalo.
 
O sea que si busca compía para que se extinga una determinada instalación en la zona y más de ese tipo, no cuente conmigo
UN saludo

Chusi el fiu de Lola y el Chan, y un Moliñeru.