jueves, 3 de julio de 2008

La protesta contra las barreras


Decenas de vecinos protestan contra las barreras del plan de vías Moreda, Poniente y el Polígono salieron a la calle para reclamar el soterramiento integral.
| Moro. GIJÓN

Decenas de vecinos de Moreda, Poniente y el Polígono de Pumarín salieron ayer a la calle con la camiseta morada -el color de la protesta- enfundada, megáfono en mano y fanfarria sonora de charanga para clamar contra las barreras arquitectónicas que estos tres colectivos consideran que lleva implícito el desarrollo de un plan de vías calificado de «insolidario y trasnochado».

Barreras en horizontal «como la que seguirán padeciendo Tremañes y La Calzada» con el alcance previsto para el enterramiento de los tendidos ferroviarios y como la que persistirá , a su modo de ver, entre el Polígono y Moreda «con una estación intermodal en superficie de más de 400 metros de largo y entre 5 y 8 metros de altura». Pero también barreras en vertical «con una edificación en altura y de alto valor añadido cuyo único fin es, para los manifestantes, conseguir plusvalías».

Las asociaciones vecinales convocantes, que constituyen el núcleo duro de oposición contra el proyecto aprobado de forma inicial por el Ayuntamiento para el suelo libre de vías, estuvieron arropados por organizaciones sindicales y políticas como CC OO, CSI y PCPE, además de representantes vecinales de otros colectivos de la ciudad que acudieron a la protesta a titulo individual. Todos ellos reclamaron al unísono el soterramiento integral de las vías hasta Veriña y echaron «en falta a IU». También el PP respaldó la protesta aunque ninguno de sus concejales participó en ella.

La reivindicativa marcha ciudadana partió pasadas las siete y media de la tarde de la plaza de La Habana, en Moreda, y recorrió a pie la avenida de Juan Carlos I y el paso elevado de Carlos Marx por la carretera, lo que provocó cortes de tráfico y las consiguientes retenciones de vehículos en la confluencia con la plaza del Padre Máximo González. La charanga El Ventolín animó con su música festiva todo el recorrido. Los manifestantes, que fueron saludados desde las ventanas de muchas viviendas con telas moradas, corearon consignas como «Sanjurjo tirano, escucha al ciudadano», «El gobierno local nos tiene que escuchar» y «Hay que soterrar la estación intermodal».

La Policía tuvo que desviar el tráfico y a los propios vecinos de la calzada, para evitar que los atascos fueran a mayores. Éstos no pudieron finalmente formar una cadena humana en el viaducto de Carlos Marx, como tenían planeado, y tuvieron que dirigirse hasta la pasarela peatonal de Moreda por detrás del hotel Silken. Una vez allí leyeron un manifiesto con 11 puntos donde avisaron que «no nos quedaremos con los brazos cruzados mientras pisotean nuestros derechos».

lunes, 30 de junio de 2008

La chanza de la Energía


Allá por los años 70 cuando la vanguardia política lucia pelo y utopías, aquellos rapaces del Colectivo Ecológico Libertario (CEL) nos manifestábamos contra las energías agresivas, y pedíamos energías renovables. Cuestión ésta que luego asumió toda la progresía política del momento, y todos dimos por buena la protesta contra la energía invasora, como la nuclear.

Eran tiempos difíciles de mucha utopía popular que consiguió parar por ejemplo Lemoniz, aunque tal vez el paro estuvo más en las manos de ETA y de los granes entidades financieras, que en las nuestras, aunque creo al final se ha instalado un sentimiento de haber podido parado aquello.

Luego unos y otros visitamos otros países y se comprobó que en medio de Francia, en Chinón por ejemplo, había y hay, una central nuclear y allí no parecían, ni parecen ir mal las cosas, ni que moleste tanto tal instalación, y no creo que los franceses nos superen ni por la derecha ni por la izquierda, pero eso sí parece que a día de hoy tienen resueltos sus problemas energéticos.

Pero nosotros no, y menos los astures que no nos hemos cortado un pelo en colocar centrales térmicas, redes de alta tensión por doquier, embalse y saltos de agua a cada regato que veíamos, sin que nadie chistase. Bueno sí, lo de la línea de Velilla ya huele por lo largo del tema y por las campañas en contra y a favor. Pues bien como los problemas no vienen solos, ahora me entero de que finaliza la moratoria sobre la energía aerólica, que es considerada como una energía “suave” a la que se ha apuntado todo cristo, concejos pequeños, grandes y medianos, ¡Y eso que había moratoria¡

Sí ahora que no parece que haya más barreras y se abren las puertas al campo, me pregunto si se puede magnificar una amenaza como es la proliferación de molinos por todas nuestras sierras y cordales.

Lo cierto es que la cosa empezó suave, y eran cuatro los molinos instalados en la región, pero ahora mire donde se mire el horizonte está jalonado de estas verticales columnas de enormes palas, con su gira que te gira.

Uno que no viene de la rama financiera o ingenieril que pudiera justificar tanta mecanización por nuestras serranías, sino de del sector turístico ve con asombro que las columnas estén mudas, desde los Popes turísticos institucionales, pasando por aquellos que ocupan las bancadas de la producción turística, ajenos todos ellos a esa modernidad de los molinos.

Hace años se estudiaba y se reflexionada sobre la devaluación subjetiva del entorno, que es lo que está sucediendo en Asturias con tanta plantación de molinos, que ni nos salvan de nuestro déficit energético, ni de la devaluación de nuestro paraíso natural, pues no dejan de ser un impacto visual sobre nuestros ricos y atrayentes horizontes, que ahora se ven poblados de estos megatostes de dinámicas alas.

Perdemos valor paisajístico, y entramos de lleno en la devaluación ambiental, y lo alarmante es que no haya un debate social sobre la pérdida de la calidad paisajística, ni sobre el coste de esa devaluación en una región que aspira a su reconversión en base a su paisaje. Ver para creer.

Víctor Guerra