lunes, 25 de noviembre de 2013

EN TREMAÑES un "paséu" de un niño fuera de lo común

 

Mel Regueiro, fallecido a los 4 años, "seguirá vivo en su barrio" gracias a la calle que ahora lleva su nombre junto al colegio de Tremañes

23.11.2013 | 02:25
Los padres y el abuelo de Mel, en el paseo que ahora lleva su nombre
Los padres y el abuelo de Mel, en el paseo que ahora lleva su nombre 

Juan Plaza y Miriam SUÁREZ

Mel Regueiro Benavente era inteligente, cariñoso, valiente, generoso, "picarín", de sonrisa transparente, en definitiva, "mágico, fuera de lo común". Por todas esas cualidades, que su abuelo materno citó con un nudo en la garganta, este niño de cuatro años tiene desde ayer una calle con su nombre en el barrio de Tremañes. "Un pequeñín tan poco común, para mi extraordinario, víctima inocente de una desgracia terrible, da aquí un paso de gigante al reconocimiento público", agradeció Amadéu Benavente en representación de la familia.

"El paséu de Mel" abarca el tramo peatonal de la calle Bazán, que discurre junto al colegio público donde estudiaba "esta flor" para la que su abuelo pedía ayer un recuerdo "cada vez que paséis por aquí". El pequeño falleció el pasado 23 de julio, tras ser atropellado en un paso peatonal de La Calzada. Para los Regueiro Benavente ese fatídico día fue "el fin del mundo". Y su barrio, Tremañes, quiso solidarizarse con el dolor de esta familia pidiendo al Ayuntamiento una calle para Mel.

Esta petición popular, canalizada a través de la asociación vecinal "San Juan Bautista", se materializaba ayer con un acto muy emotivo, en el que Xana y Antonio, los padres de Mel, no lloraron solos. Familiares, amigos, profesores y vecinos se encargaron de darles calor en una mañana fría y lluviosa, que culminó con el descubrimiento de la placa que deja grabado el recuerdo de su hijo en la memoria colectiva de Tremañes.

"Mel seguirá vivo en este paséu, junto a su colegio, en su barrio, al calor de sus vecinos", señaló su abuelo Amadéu, en un discurso previo, que aprovechó para dar las gracias a la asociación de vecinos, al Ayuntamiento y a todos los que contribuyeron a que su nieto viviese cuatro años de felices: "Estamos orgullosos del servicio de neonatología de Cabueñes y del servicio de atención temprana de El Llano, que le estimuló para superar con creces su condición de gran prematuro; de la escuela infantil de Tremañes; y de sus profesores del colegio, Maxi, Mayte y Mariano, que nos ayudaron a hacer de él un niño maravilloso".

Uno de los momentos más conmovedores del acto lo protagonizó, precisamente, el colegio público de Tremañes. Los compañeros de Mel salieron al paseo con tres globos metalizados de gran tamaño, uno por cada letra de su nombre, y tras arremolinarse en torno a Xana Benavente y Antonio Regueiro lanzaron besos al cielo. El gesto encogió el corazón a los asistentes, entre los que se encontraban la propia alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, y el concejal delegado del distrito Oeste, Manuel Arrieta.

"Lo habitual es reconocer trayectorias dilatadas. En este caso, se recuerda a un niñín porque quisimos recoger la sensibilidad del barrio con esta desgracia tan injusta. No podíamos mirar hacia otro lado y este paseo es un recuerdo con mucho cariño", expuso Moriyón.