domingo, 10 de abril de 2011

Una vida dedicada a la recuperación de drogadictos, con escala en Tremañes

El director de Proyecto Hombre , con ayuda de especialistas y voluntarios, ha rescatado a más de 1.500 toxicómanos en Asturias

Luis Manuel Flórez, en un parque infantil. Daniel Mora
Luis Manuel Flórez, en un parque infantil. Daniel Mora
10/04/2011 00:00 / Luis José De Ávila

Luis Manuel Flórez García, a quien todos conocen cariñosamente por Floro, ha dedicado toda su vida al servicio a los demás, a la persona por encima de sus circunstancias. En este momento no solo es director del Proyecto Hombre en Asturias sino, desde el mes de octubre, lo es también a nivel nacional.

Floro nació un 6 de enero de 1954 -caía una gran nevada- en La Moral, un barrio de Tuilla en Langreo. Su padre fue minero y trabajó también como carbonero. Está casado, tiene dos hijas y reside en Gijón. Tras sus primeros estudios fue durante 18 años jesuita. Estudió teología en Madrid y ejerció con otros curas diocesanos en el barrio de San Blas, donde se dio de cara con el mundo marginal que producen las drogas. Allí conoció a un cura, Aquilino Ochoa, cuya parroquia era referencia para los toxicómanos que necesitaban ayuda o querían salirse del infierno de la adicción. “Desde ese momento -me comenta- tuve presente para siempre que lo primero es la persona y no tanto la ideología.

Aprendí a vivir en aquel ambiente, para conocerlo a fondo, como si fuera un toxicómano más”. “Me ayudó mucho un cura de Entrevías, Enrique de Castro. Era un ambiente muy especial donde uno no sabía muy bien que hacer para ayudar a aquellas personas en dificultades. Solo podíamos abrazar a la gente o llorar con ella”. En esa época nació en Floro la necesidad de buscar una terapia eficaz para los drogadictos y la encontró en el Proyecto Hombre, que se creó en 1985 por una orden religiosa, los Pavonianos, con la ayuda de Cáritas.

Visto Bueno Floro consigue autorización para integrarse con ellos regresando a Asturias y tras el visto bueno del por entonces arzobispo de Oviedo Gabino Díaz Merchan, y de su auxiliar José Sánchez, contacta con curas obreros y pone en marcha una casa recuperadora en Tremañes. 

Consigue implicar a la vez a una serie de ciudadanos solidarios -alguno de ellos como don Carlos, que tiene hoy 99 años- y comienzan con entusiasmo y pocos medios a apoyar el Proyecto Hombre. Floro es enviado una temporada a Roma, al Proyecto Huomo, allí muy desarrollado, para conocer las terapias que sea aplicaban en el campo de la recuperación de toxicómanos y retoma en 1987 a Asturias.

El Proyecto Hombre se pone en marcha impulsado por la Compañía de Jesús, por el propio Arzobispado a través de Cáritas, la Acción Católica y personas colaboradoras a título particular. Fueron años duros el arranque del Proyecto Hombre y Floro, que recorría la zona entre Villaviciosa y Gijón, llegó a realizar más de 7.000 kilómetros. Se instala el centro en Gijón, en un edificio de La Colonia, y luego, gracias a las gestiones del por entonces concejal Eleuterio Bayón, el Proyecto Hombre se instala en un antiguo matadero municipal. “Otra de las personas que siempre se ha volcado con este proyecto, uno de los curas más sensibles y solidarios que he conocido en mi vida, es Nicanor López Brugos, sumándose luego con importantes ayudas entidades como Cajastur, Principado y ayuntamientos”, apunta Floro. 

En estos momentos, el Proyecto Hombre que dirige Luis Manuel Flórez atiende en Asturias 440 toxicómanos -un 80% hombres y el resto mujeres- con la ayuda de 51 especialistas y 135 voluntarios. Desde la puesta en marcha del proyecto en Asturias a hoy 1.500 personas se han recuperado de sus adicciones a través de un completo tratamiento que puede llegar a durar un año.

Su presencia En estos momentos Proyecto Hombre está presente en todas las autonomías de nuestro país. Según me comenta Floro el drogadicto tipo ha ido cambiando con el paso de los años en España y prácticamente ha desaparecido aquel típico yonqui que había en la década de los 80. “Actualmente la heroína va a menos en nuestro país -dice Floro- pero aumenta el consumo de cocaína”.

Efectivamente, según las estadísticas, España está a la cabeza de la Unión Europea en consumo de esa droga. También preocupa mucho en Proyecto Hombre el consumo de alcohol por los jóvenes aunque, pese a todo, reconoce que los jóvenes de hoy son más conscientes, trabajándose mucho en la prevención del consumo. “Hay que facilitar mucha información, hay que llegar a ellos, que comprendan las tremendas consecuencias que puede tener para sus vidas”.

Floro considera el Proyecto Hombre como patrimonio de los asturianos y su magnífica labor empieza a ser reconocida por la sociedad. Hoy tienen sedes en Oviedo, Gijón, Carreño… y el 90% de los recuperados no han vuelto a recaer, según un estudio realizado por la Universidad de Oviedo tiempo atrás. Aunque ahora tenga también responsabilidades a nivel nacional, Floro no desatiende su labor organizadora en Asturias. Cuántas familias, cuántas personas están agradecidas a este proyecto que cumple ahora 25 años. Y es que salir del infierno de las drogas no es nada fácil, no.

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